Sr. Markel Olano, Aralar es parque natural
Cuando hace aproximadamente 20 años se declaró a la Sierra de Aralar como Parque Natural, respiré hondo; creía que sería el definitivo freno al deterioro que hasta entonces había sufrido esta entrañable Sierra en los últimos años. Pero mi gozo en un pozo.
La Diputación Foral de Gipuzkoa, con Markel Olano a la cabeza (buen conocedor de Aralar), está empeñada en construir cerca de 20 km de pistas privadas en el Parque Natural de Aralar; estas pistas serían realizadas y mantenidas, en su totalidad, con dinero público aunque el fin sea exclusivamente la explotación privada.
Quisiera recordar a «nuestra» Diputación que Aralar está declarada Parque Natural (un Patrimonio de todos para todas y todos); que la construcción de dichas pistas incumple totalmente el Plan Rector de Uso y Gestión, así como varios artículos de su plan de ordenación de Recursos Naturales. Y choca frontalmente con, el recientemente aprobado, ZEC (Zona de Especial Conservación). Todo esto, pondría en grave peligro su status como Parque Natural, así como su credibilidad ante la opinión pública.
La Diputación y sus representantes hacen las leyes y ellos mismos las incumplen. Ante esto, ¿qué podemos hacer?
Como bien sabrán todos los cargos públicos que componen la Mancomunidad de Enirio Aralar, casi la cuarta parte de la superficie en esta sierra es improductiva. Ha de tenerse en cuenta que el suelo es un elemento prácticamente no renovable. Esta zona ha tenido, en su última fase, un proceso de formación de miles de años por meteorización de la roca madre bajo una gruesa capa de hojarasca y se ha perdido en unos cientos al desaparecer el manto productor que lo cubría. El equilibrio de muchos de estos suelos es frágil y nuevas actuaciones humanas, tales como apertura incorrecta de pistas o sobrepastoreo pueden desestabilizarlos.
No formamos parte de esos intereses privados a los que quiera favorecer la Diputación, sino que integramos el conjunto de la sociedad que únicamente quiere conservar el legado de sus antepasados y a su vez poder entregárselo, en buenas condiciones, a las siguientes generaciones.
La destrucción del paisaje, la merma en la calidad de las aguas de consumo (humano no nos olvidemos) y la desaparición de especies siempre resultan lamentables; pero cuando estos hechos se producen en un Parque Natural y encima son realizados por nuestros representantes políticos, me parece lamentable y a la vez inaceptable.
La Sierra de Aralar (nuestro patrimonio) se está deteriorando y si no ponemos remedio, la deteriorarán de manera irreversible (e ilegal).
Y ante todo esto, ¿qué podemos hacer?
Espero que el Señor Markel Olano nos pueda responder públicamente.