Martxelo Alvarez

Sra. Murga, Sr. Urkullu… menos prometer y más dar

El personal sanitario que en la primera linea de los centros hospitalarios esta haciendo frente a la pandemia de coronavirus es sin duda merecedor de un gran reconocimiento, pero no sólo por su trabajo para contener la enfermedad sino también por las condiciones en las que están haciéndolo y que no sólo están producidas por las características del virus sino también por la falta de previsión, de organización, de operatividad y de empatía de las diferentes Administraciones, sean estatales o autonómicas.

Cuando la pandemia pase y se hagan balances de tantas cosas los que desde los despachos y las ruedas de prensa gestionan la salud de la población y vienen gestionando la respuesta a esta grave coyuntura también deberán dar cuenta de las responsabilidades que asumen o no asumen en lo que esta ocurriendo, entre ellas la responsabilidad de mantener día tras día a mucho personal sanitario en una evidente insuficiencia de equipo que impide una protección real y máxima frente al contagio del coronavirus poniendo en riesgo la salud y la vida de esas personas y también la de sus familias.

No me invento nada, no hablo por hablar y hay elementos gráficos que lo avalan y bien saben ustedes Sra. Murga, Sr. Urkullu, que esto se esta repitiendo día tras día en diferentes centros, un día en dos, otro día solo en uno, un día en el que no pasó ayer y mañana en el que también ha pasado hoy al igual que saben ustedes que en algunos de estos centros el personal al menos cuenta con un mínimo equipo apropiado para hacer frente al posible contagio al estar en contacto con los enfermos mientras en otros todavía deben trabajar sin el y saben perfectamente que el virus es el mismo pero la diferencia de equipamiento es más que evidente y con esa diferencia también la de riesgo y la posibilidad de contagiarse o no con todo lo que ello supone.

Lo que si es igual en los diferentes centros es la responsabilidad y la entrega de esas y esos trabajadores que con fuerza, voluntad y a ratos con humor a pesar de la falta de equipo adecuado y del lógico miedo entran a las habitaciones, atienden a los enfermos y vuelven mañana, algo que a ellos les enaltece y a ustedes pone en una vergonzosa evidencia.

No les dejemos solos, exijamos de quienes se llenan a diario la boca y la cartera desde la seguridad de sus despachos y sus casas que les den ¡¡¡ya!!! los equipos que necesitan, la protección que necesitan, la seguridad que necesitan... Para ellos y para los suyos.

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