El mes de marzo, que va concluyendo es desde hace ya un tiempo, el mes de concientización de la endometriosis, una enfermedad que padecen millones de mujeres en el mundo y que llevan en su inmensa mayoría, un largo y difícil «calvario» hasta que consiguen, el ansiado diagnóstico a sus padecimientos (para ellas y a su vez, para su entorno más cercano). El amarillo se eligió como color de la endometriosis, allá por el año 1980, cuando se publicó el primer folleto popular sobre la enfermedad. «Teñirse» de amarillo o portar ese lazo solidario, les dará coraje y empuje a todas estas mujeres, pero se necesitará algo más. Quizás más apoyo institucional de organismos competentes, la misma OMS que declaro el 14 de marzo, su día mundial, que gobiernos e instituciones sanitarias aporten la suficiente financiación, para los estudios e investigaciones que se llevan a cabo, en busca de los mejores tratamientos (algunos de ellos, muy cercanos). Tal vez mi abrazo solidario, mi apoyo y fuerza para vosotras mujeres, y hombres (porque no decirlo) que ahora me estáis leyendo es pequeñito, pero si juntamos todos los que les podamos dar, no tengo ninguna duda, que junto con ese apoyo institucional, abrirá un camino amarillo de esperanza.