Exprimir una idea en pocas palabras, siempre es una simplificación que olvida otras ecuaciones importantes. Si se lleva a término una abstracción minimalista, respecto al centro de gravedad de lo que representa la derecha y la izquierda, se puede anunciar: la derecha representa la conservación, y el equilibrio permanente de un presente perpetuo. En cambio, la izquierda se asocia: con la trasformación y la superación de un marco que es a todas luces injusto para un porcentaje mayoritario de la población. La lectura que se desprende respecto a la entrevista en GARA a Evgeny Morozov, conforme que la izquierda, que el cronometro lo situaría en los años setenta del siglo pasado, se invirtieron las ecuaciones anteriores. La izquierda ha aceptado sin el menor recato gestionar la política en un marco que impide cualquier trasformación social, política, y cultural. Los ejemplos por Europa, son infinitos y es ridículo hacer el listín de los mismos. El marco legal es la cárcel de la mínima trasformación, que en realidad se maneja en un sanedrín incontrolado por las masas, por muchas elecciones que se realicen. La tecnología es una expresión más del abandono del proyecto de la izquierda, y su acomodo a un marco institucional que es un fraude permanente. La derecha ha sabido capitalizar de forma esplendorosa los cambios tecnológicos sin el menor esfuerzo, ya que las únicas críticas han surgido de forma minúscula en ciertos cenáculos con la mirada ética, utilizando la filosofía como elemento central. La derecha ha arrasado sin la menor determinación los avances técnicos, con la ayuda indescriptible de la cortina de humo, y del timo respecto a unas emociones fraudulentas, que la población en general ha aceptado sin la menor critica, ni ha podido argumentar, ni ha sabido contrastar la posibilidad para poder utilizar estas herramientas de forma distinta, ni el poderlas gestionar bajo la batuta de la población en general. Es innegable que unas cuantas empresas, dominan el mercado mundial y no solo esto, sino que tienen secuestrado a los Estados, que están atados de pies y manos, para revertir la utilización tecnológica que a todas luces es injusta y peligrosa, como se puede observar en distintos ámbitos. Pongo el ejemplo de hace horas, que un ejecutivo de una empresa de automóviles, riña a los políticos por la poca determinación hacia el coche eléctrico. El triunfo de la derecha es innegable y ha sabido capitalizar estas trasformaciones sustanciales, que son una apología de la cárcel permanente que impide pensar fuera de todo este marco civilizatorio, y la aceptación total de la población que lleva las 24 horas del día, de los 365 días del año, un aparato que le ha domesticado, y esclavizado en el peor concepto, que es estar engañado creyendo de buena fe que está informado, y que goza de una libertad que nunca la humanidad había conseguido. Pobres ingenuos. La izquierda ha sido borrada con estos falaces argumentos.

Atentamente.