David Zapirain Karrika, doctor en Historia

Trintxerpeko eskola nautikoa eta Blas de Lezo

La Escuela Náutica de Trintxerpe ya tiene un nuevo nombre. Nada más y nada menos que ‘Blas de Lezo’ están escribiendo ahora en sus paredes. Tamaña ocurrencia solo puede explicarse desde la ignorancia o desde la hegemonía ideológica más rancia. O bien desde la dos, que van a menudo de la mano. Blas de Lezo no hizo jamás nada por Pasaia, no hemos encontrado su nombre en ningún documento de importancia para el pueblo. Mayor presencia en la historia local tienen su padre y su abuelo, o alguno de sus descendientes. Y su recuerdo ha llegado hasta nosotros no por sus hazañas, sino por el modo en que el franquismo nos ha hecho llegar las mismas.

Por eso, en lo que a mí persona respecta, no entiendo muy bien esa querencia por uno de los iconos más reaccionarios del imaginario español imperialista. Su nombre llega a nuestra callejero junto con otros de ideología requeté y falangista. Y recientemente ha sido reivindicado por conocidos escritores ultras colombianos y españoles. Imagino que intelectuales de la talla de Savater se pavonearán ahora en sus escritos de haber conseguido poner una pica en Flandes, nunca mejor dicho.

No sé muy bien qué pretenden con un nombre tan inapropiado para un centro de estudio, a no ser que vayan a dar clases de estrategia militar. En Pasaia hay hombres y mujeres de mar con méritos más que suficientes para dar nombre a un centro de estudio, tal y como se desprende de los estudios impulsados por el propio ayuntamiento: Selma Huxley: pionera en el estudio de la presencia vasca en Canada; Enrique Moreno: comandante del bou Nabarra Y, sobre todo para el caso que nos ocupa, Ciriaco Iñigo Ezkurra: que dejó dinero para que el ayuntamiento de Pasaia financiara beca de estudios marítimos a los estudiantes del pueblo.

Podríamos seguir con los miembros de la familia Ferrer, propietarios del anterior palacio, el de los fundadores y fundadoras del mismo palacio (Rober Etxeberri Salinas), el propio arquitecto del edificio... ¿para qué seguir? El caso de Ciriaco Iñigo Ezkurra es especialmente sangrante y demostrativo de la ignorancia o mala fé con la que ha procedido el titular de la Escuela Náutica (que de todos modos siempre será la Náutica). Y esta elección sólo la puede hacer alguien ajeno al pueblo, ignoro exactamente quien gestiona este centro pero quisiera pedir a las autoridades locales que presionen para corregir semejante exabrupto y que pugnen porque Pasaia aparezca ante el mundo como a los y las pasaitarras nos convenga y no como otros dicen que nos conviene.

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