Finalizando ya el 2022, tendremos que hablar de nuevo, y con inmenso dolor, de la violencia machista y los crímenes de género. Este mes de diciembre, ha sido particularmente trágico por el numeró de mujeres asesinadas y, si se van confirmando los datos del Ministerio de Igualdad, serán 47 las mujeres que hayan sido asesinadas por un hombre a lo largo de este año, con todas las historias terribles que dejan detrás (vidas rotas, huérfanos o largos años de sufrimiento y brutalidad). A simple vista, dirán muchos o muchas que no son cifras tan terribles y que en años anteriores fueron otras tantas o más las que perdieron sus vidas por el mero hecho de ser mujeres, así de escalofriante. Lo cierto es lo ciertísimo que es, que un año más nos matan, aquí y por esos «mundos» y por «ende» hacernos «invisibles». Las luchas de las mujeres, de las que ya casi no se habla, las iranís o las afganas, sometidas a regímenes casi teocráticos, que las somete y anula, les impone como han de ir vestidas o bien las impide estudiar. Parece que toda esta «pesadilla» nunca va a terminar mientras existan los que nos niegan, aquí y allí, machistas y misóginos. Sigamos luchando, sigamos avanzando, que los poderes a los que corresponda, parar todo esto y nosotras y nosotros, como sociedad, no lo toleremos y permitamos más.