El sábado participé en la manifestación de Bilbo y cómo ocultarlo participé emocionado, ilusionado y feliz. A mí y a muchos nos hubiera gustado que la gente hubiera respetado más el silencio pactado y que nadie hubiera deseado tomar tanto protagonismo.

También a muchos nos hizo pensar en que era una oportunidad histórica en la que confluían en las calles 130.000 personas convocadas por, al menos, dos tercios de la representación social, sindical y política y que transcendía a la propia convocatoria y al lema de la misma.

No estaba solo y con unos y con otros comentamos muchos frentes posiblemente abiertos y otros posiblemente cerrados todo ello dentro del ambiente de optimismo e ilusión que se generó a raíz de una convocatoria netamente abertzale.

Especular en muy nuestro y también se especulaba, bastante, con la proyección de futuro que pudiera tener el hecho de que se hubieran juntado todas las fuerzas abertzales de todos lo ámbitos para afrontar una situación de emergencia nacional y digo emergencia nacional, pues a mi modo de ver, cualquier salida distinta a la que se produjo pudiera haber producido una fractura social de alcance incalculable. Yo no descarto que con la prohibición y las detenciones se estuviera buscando esa fractura social.

La noche del sábado fue muy larga y el domingo nos levantamos con la resaca de la ilusión, pero el lunes eran horas de poner las cosas en su sitio y esto es lo que a miíme da que pensar lo visto, lo leído, lo oído lo publicado y lo no publicado.

No espero de esta experiencia nada, más allá, de la puesta en común que supuso para las fuerzas mayoritarias de EH, enfrentarse a una situación de emergencia con medidas de emergencia y por lo tanto excepcionales.

La diferencia está en que, situaciones tan o más complicadas ha habido y hasta ahora no se habían afrontado con esta perspectiva y como consecuencia se han producido fracturas.

Me quedo con este avance, aunque desearía otros, pero en estos tiempos el analizar las situaciones de emergencia nacional con criterios nacionales, frentistas o no, es muy importante y además beneficia a todos.