Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

Vascos por el mundo

ETB juega con los sentimientos de los jóvenes vascos que tienen que emigrar en busca de puestos de trabajo que aquí no encuentran. Ello es humillante y un despilfarro, pues es no recuperar el costo para la sociedad formarle profesionalmente y a la hora de generar rentabilidad se queda para beneficio del país que se aprovecha de la necesidad de trabajo del joven y la falta de criterio de nuestros políticos y profesores que no saben valorar la sangría que supone la marcha al extranjero de jóvenes bien preparados profesionalmente quedando aquí jubilados y gente sin formación específica. Pero lo grave es el trato entre cínico y folclórico que se da a esos jóvenes exitosos que aparecen en el programa VPM. No se entiende que a los que están trabajando en los lugares más lejanos se les considere nuestros embajadores de lujo porque son titulados superiores que han tenido que superar procesos complejos para conseguir puestos de trabajo altamente cualificados exitosos y bien remunerados y que en las entrevistas en ETB, estimulados por el locutor o locutora de turno que les jalean aparentando que todos los jóvenes que salen de la CAPV en busca de futuro son como los que protagonizan e, cuento de Cenicienta. Es una imagen falsa, pues la realidad es que la mayoría que no aparecen en pantalla han tenido que emigrar y malviven trabajando en tareas sin relevancia, que nada tienen que ver sus conocimientos obtenidos en EH. Y lo paradójico es que nuestras autoridades han creado programas para incentivar la repatriación de esos jóvenes que han logrado éxito relevante en el extranjero y les ofrecen becas y ventajas laborales y en el límite del cinismo se captan científicos extranjeros a los que se ofrecen puestos que deberían estar cubiertos con prioridad por profesionales emigrantes vascos. Pero se otorgan a científicos primeros espadas de todas partes del mundo para proyectar una imagen de prestigio internacional de Euskadi. Las instituciones internacionales cuentan con médicos, abogados o filósofos vascos, pero nuestras instituciones fichan a primeras figuras extranjeras. Tan frívolo como si se tratara del Barça o el Madrid.

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