Enrique Sanz Fano | Legazpia

Zarautz, ciudad con ley

Al dicho quien hizo la ley hizo la trampa le han dado un pequeño vuelco en el consistorio costero y a alguno se le ha ocurrido poner la trampa y luego hacer la ley. Porque solo de trampa puede considerarse la «señalización» de Hegoalde kalea, que tiene menos definición que las pinturas de la cueva de Altamira. Pareciera que estén realizadas en la misma época pero con más deterioro las del aparcamiento al estar a la intemperie.

Cuando coges la papeleta de la multa buscas enfadado a los agentes de la OTA pero no encuentras el portal donde tienen colocado su puesto de palomeros, sacas las fotos correspondientes del lugar, que me consta ha sido fotografiado más que la propia playa, y recurres adjuntado todos los argumentos que crees oportunos. La respuesta la recibes a los meses percibiendo que ni han leído tu queja sino que te remiten la misma sanción, desde un robot informático, supongo. Llamas por teléfono y te atienden amablemente pero tu queja rebota en un muro inamovible que entre lineas te está diciendo «lo que me dices lo he oído tantas veces que lo llevas claro», terminando con un recurre otra vez.

Reconozco que me he rendido y abonado la multa en su integridad con la esperanza de que una parte del importe lo inviertan en un bote de pintura y unas brochas. Como sugerencia, si no hay personal para subsanar el tema, que hablen con el colegio cercano. Si les proveen a los niños del material correspondiente te dejan el asunto niquelado en la hora de manualidades. Por supuesto que junto al material les den por escrito la autorización correspondiente no vaya a ser que otro departamento que esté para controlar los carteles y pintadas les multe y entremos en bucle.

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