Empleos dignos mejoran la calidad de la enseñanza

La convocatoria de un mes de huelga en la enseñanza concertada ha logrado que la patronal se siente a negociar. Ayer se cumplió el segundo día de paro, y tanto los sindicatos como el obispo de Bilbo, Mario Iceta, reconocían que había habido avances sustanciales. Al parecer, la principal dificultad que resta para que se firme el convenio colectivo se encuentra en la cuestión de las recolocaciones del personal. Los progresos logrados en dos días de huelga se contraponen con la ausencia de movimientos de la patronal durante el curso pasado, a pesar de las 24 jornadas de huelga que hubo. Avances que vienen a enmendar las palabras del lehendakari, Iñigo Urkullu, que el pasado jueves aseguró que no había motivos que justificaran la convocatoria.

Precisamente ha sido ese llamamiento sindical el que ha movido el bloqueo en el que estaba instalada la patronal, que se limitaba a exigir a Lakua más medios. Deliberadamente escondía su falta de voluntad para abordar las cuestiones laborales detrás de la Administración, algo fuera de toda lógica al tratarse precisamente de centros concertados en los que ya hay una importante inversión pública. Conviene recordar, además, que esa postura obstinada ha hecho un flaco favor al modelo que defienden. No solo ha supuesto la pérdida de muchas horas lectivas. También ha puesto en duda la enseñanza de calidad que la educación concertada reivindica para sus centros, puesto que ello exige, como premisa básica, que las y los empleados disfruten de una condiciones de trabajo dignas. Sin un convenio colectivo los trabajadores difícilmente podrán ofrecer una atención de calidad a alumnas y alumnos.

Tras una larga lucha, las y los trabajadores de la enseñanza concertada han conseguido encauzar una negociación a la que la patronal se resistía. Es el momento de perseverar y cerrar un acuerdo laboral de alcance que además será beneficioso para el conjunto de la sociedad: empleos dignos mejoran la calidad de la enseñanza.

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