Experiencias para hacer las cosas de otra manera

Se celebra estos días el décimo aniversario del nacimiento del dominio .EUS, signo identificativo de la cultura, la lengua y el pueblo vasco en internet. Tal día como ayer, en 2014, se activaba la primera web de la comunidad, Domeinuak.eus, un nodo desde el que articular y expandir esa red. Al poco tiempo le siguieron organizaciones 92 «pioneras» entre las que se encontraban desde entidades bancarias hasta medios de comunicación como NAIZ, pasando por diferentes instituciones del país. El 3 de diciembre de aquel año, en el Día Internacional del Euskara y Día de Nafarroa, se abría al público en general, y desde entonces no ha hecho más que desarrollarse. Previo a todo eso, el proceso para lograr la aceptación internacional del dominio había sido largo, complejo y exitoso.

Los retos que tiene el dominio han ido cambiando en este periodo. En la vida de una nación una década apenas es un suspiro y, sin embargo, si se habla de tecnología y se trata de la época contemporánea, los cambios se suceden a toda velocidad y en algunos casos tienen carácter disruptivo. Por poner un ejemplo, cuando nació el dominio la hipótesis de un traductor neuronal para el euskara parecía lejana, si no inviable, y hoy en día es una realidad. Ahora bien, el futuro de la cultura vasca no dependerá de avances tecnológicos particulares, sino del acierto colectivo en ponerlos al servicio de su supervivencia y desarrollo, al servicio de la ciudadanía vasca. 

Ahora que se habla tanto de un «nuevo ciclo», es importante rememorar que en fases previas ya ha habido experiencias de cooperación entre personas y entidades de diferentes orígenes, tradiciones y pensamientos, siempre en favor del país, de su cultura y de su ciudadanía. Algunas se han hecho de forma discreta y eficaz. Otras no han tenido el resultado esperado, pero han sembrado experiencia, conocimiento y, en algunos casos, complicidades. Desde un diagnóstico honesto, a través de la colaboración y la negociación, con ambición, se pueden lograr avances importantes para Euskal Herria. Hace falta talento, voluntad y responsabilidad. También hace falta otra forma de hacer las cosas, y de gestionarlas.

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