La derecha minoritaria hace valer sus votos

Las declaraciones de preocupación por el previsible acuerdo entre el Partido Conservador de Gran Bretaña y el DUP, ultra conservador partido de Irlanda del Norte, se han multiplicado a medida que se van perfilando los acuerdos postelectorales. Tanto el Gobierno irlandés como el Sinn Fein mostraron su desasosiego por las contrapartidas que demandará el DUP a una débil Theresa May. Exigencias que pueden comprometer la formación de un nuevo ejecutivo en el norte de Irlanda e, incluso, los acuerdos de paz.

Las llamadas a la calma de los conservadores británicos y la reiteración de su compromiso con el proceso irlandés no han convencido. No es de extrañar, pues más allá de lo que se pueda llegar a afirmar públicamente, el DUP va a obtener una importante capacidad para presionar y condicionar las decisiones de los tories relacionadas con Irlanda del Norte. Requerimientos y bloqueos para hacer valer sus apoyos que utilizará, por encima de otras consideraciones, en función de sus intereses partidistas.

Esa misma dinámica se puede observar en Euskal Herria. El PNV gobierna en la CAV con el respaldo de un Partido Popular cada vez más marginal y escorado hacia la derecha. A pesar de su escaso peso, el PP consigue marcar la agenda política. Ejemplo de ello es el mantenimiento de una política penitenciaria vengativa –especialmente sangrante en el caso de los prisioneros enfermos– que no cuenta con ningún tipo de respaldo social en este país. El PP no solo no se mueve sino que condiciona a los jeltzales que priorizan sus transacciones con el Gobierno de Rajoy a la defensa de los derechos humanos de los prisioneros.

Ayer en Bilbo representantes de Kalera Kalera volvieron a recordar al PNV su inacción en el ámbito de la resolución del conflicto y su responsabilidad en el sufrimiento, al tiempo que volvían a clamar por la libertad de Ibon Iparragirre en una semana en la que ha vuelto a prisión desde el hospital a pesar de su delicado estado de salud.

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