La revolución feminista se extiende por el mundo

Tras más de 23 horas de debate, el Congreso argentino aprobó despenalizar el aborto por 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención. Un larguísimo debate y una ajustada victoria que evidencia la intensa discusión y lo enconado de las posturas. Hasta en siete ocasiones se presentó el proyecto, pero en ninguna de las anteriores llegó siquiera a ser debatido. Hasta que en marzo el presidente, Mauricio Macri, contrario a la despenalización del aborto, facilitó el debate y dio libertad de voto a los diputados oficialistas.

Esta decisión muestra la fuerza que ha sumado la campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito lanzada por las mujeres. Siguiendo el ejemplo de la ley aprobada en 2012 en Uruguay, en la que se basa la propuesta argentina, los argumentos de las mujeres se han centrado en que los datos evidencian que la despenalización disminuye el número de abortos, y sobre todo, que reduce drásticamente las muertes por abortos clandestinos que afectan especialmente a las mujeres más pobres. Han planteado el aborto como un problema de salud pública al que el Estado tiene que dar una solución política efectiva. Para ello han desarrollado una gran campaña, exhaustiva e ilusionante. El otro fundamento de esa campaña ha sido, evidentemente, que la libertad de decidir corresponde a las mujeres. Todo ello ha servido para desenmascarar la indiferencia e hipocresía que a menudo esconden las posturas «a favor de la vida».

Hace apenas 20 días una aplastante mayoría se pronunció en referéndum a favor de la legalización del aborto en Irlanda. Ayer fue el Congreso argentino. Todavía queda el paso de la ley por el Senado que la puede alterar, aunque las argentinas se muestran confiadas en su fuerza y consideran que pase lo que pase en la Cámara Alta la legalización del aborto ya solo es cuestión de tiempo. Con confianza en las propias fuerzas, la revolución feminista continúa extendiéndose por el mundo de manera imparable.

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