Se puede hacer más y mejor en educación

El plan del Ejecutivo de Lakua para la desescalada en Educación establece que los docentes y el alumnado de los cursos superiores regresen a las aulas a partir del día 18 de este mes y de forma escalonada. El planteamiento es pobre en sus ambiciones y desenfocado en sus objetivos. Limita su esfuerzo a los cursos que dan acceso a un título o a un cambio de ciclo, muy importantes pero solo una parte del proceso educativo. Parte de una concepción pedagógicamente obsoleta, cuando la comunidad educativa vasca es realmente avanzada y dinámica. No atiende a las competencias que se requerirán en esta nueva fase. La propuesta no ha intentado reunir las aportaciones de esa comunidad, desde padres hasta profesorado, sin dejar de lado al alumnado. Ese es el tejido sobre la que se vertebra el capital humano de la Educación vasca, su mayor tesoro.
El plan para volver a los centros educativos tampoco responde a los escenarios sanitarios que el propio Gobierno de Iñigo Urkullu contempla, que ha justificado la celebración de elecciones en julio basándose en un informe técnico que ve muy probable un rebrote del coronavirus en otoño, cuando comiencen las clases. Ayer la consejera Cristina Uriarte dijo que el arranque del curso que viene dependerá de la evolución de la situación sanitaria. Faltaría más. Esta era una oportunidad de oro para hacer un ensayo general sobre cómo afrontar el reto educativo actual, evaluando las cosas que han funcionado en esta crisis, las experiencias más innovadoras y atendiendo a las demandas de una mayor inversión en educación.
Precisamente, el plan no plantea nada en el terreno de las inversiones. Por ejemplo, no explica como acelerar la urgente digitalización ni atiende las necesidad de formar al profesorado y darle más recursos. El problema de Lakua no es la multitud de cosas en las que no puede hacer nada porque han diezmado su autogobierno, sino lo que hace en las cosas que están en sus manos, como la educación.

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