Sincronizar procesos y decantar a las sociedades

Entre la efervescencia movilizadora y la vertiginosa actualidad política de las últimas fechas, en Euskal Herria se están desarrollando decenas de procesos de debate, análisis y deliberación. Los temas centrales de muchos de estos eventos son el futuro del país y sus retos. Los enfoques son plurales y, en general, interesantes. El debate más estructurado y profundo es el que está desarrollando Eusko Ikaskuntza de cara al congreso con el que celebrará su centenario este otoño. Pero no es, ni mucho menos, el único. Desde los marcos más oficiales, como la Ponencia de Autogobierno en Gasteiz que ayer tuvo una nueva sesión para acordar las competencias del Nuevo Estatus, a otros más particulares, como las jornadas organizadas estos días por EH Bildu sobre las perspectivas hacia el Estado vasco, la reflexión estratégica está cogiendo peso en el país.

Dentro del contexto europeo, para las naciones sin Estado es muy importante ser capaces de prever escenarios y prepararse para ellos. De hecho, no hay un escenario «bueno», por así decirlo, sino mayor o menor capacidad para convertir cada situación en ventaja política y en avances sociales. Los analistas y los líderes de los movimientos de liberación coinciden en señalar la importancia de estar preparados cuando se abre una ventana de oportunidad. Estas suelen aparecer cuando los procesos políticos toman caminos inesperados o cuando suceden acontecimientos. Por ejemplo, el Brexit ha abierto la puerta a sincronizar en cierta medida los procesos escocés e irlandés. Es evidente que esa sincronización, que no réplica, sería favorable en el caso de Euskal Herria y Catalunya.

En todo caso, la base de los cambios políticos es la voluntad popular. Estar preparado no es otra cosa que ir sumando personas y sectores a esa lucha por la emancipación, decantar a las sociedades contra la dependencia y a favor de los derechos, la democracia y la libertad. A eso aportan las movilizaciones, la política en general y los argumentos.

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