Una política endogámica, clasista y nada brillante

El nuevo sistema de inmigración que ha presentado el Gobierno británico con la mirada puesta en la etapa posbrexit, que prevé limitar la entrada a trabajadores de alta cualificación que acrediten una oferta laboral acorde a ella y que dará prioridad a las mentes más «brillantes», destila un hedor poco sutil a xenofobia y hace gala de un clasismo propio de dirigentes políticos que han hecho de la endogamia social marca de empresa. El primer ministro, Boris Johnson, alumno del elitista Eton College, es ejemplo de ello, aunque disimule su natural altanería con un populismo bien aprovechado.

Esa concepción endogámica de la sociedad, que forma parte del acervo tory, es la que quieren instaurar ahora en toda la isla, una forma particular de mirar al mundo que sirvió para que el divorcio entre Londres y Bruselas fuera aprobado contra pronóstico. Pero si las consecuencias de esa ruptura están por ver, aunque solo los brexiters más fanáticos albergan esperanza de que sean positivas, es evidente que este cambio migratorio va a causar un importante quebranto en la economía británica. Así lo han expuesto las propias empresas, sobre todo en ámbitos como la construcción, la hostelería, la agricultura y el sector asistencial, que han advertido de una falta de mano de obra.

A pesar de los malos vientos que soplan en Europa y en todo el mundo, con la derecha rampante y el racismo en auge, es un hecho aceptado y de puro sentido común que la inmigración no solo es una saludable fuente de diversidad para cualquier sociedad, sino que además le aporta riqueza y desarrollo. Aunque Westminster quizá lo ignore, son las personas migrantes quienes sostienen su entramado económico. Un país que se encierra en sí mismo está condenado y, del mismo modo en que no se puede predecir cuán brillantes serán los hijos e hijas de una persona migrante o de un licenciado en Oxford, sí que se puede decir, sin ningún género de dudas, que las personas que han ideado este sistema son cualquier cosa menos brillantes.

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