El DeustoBarómetro Social, una encuesta puesta en marcha por la Universidad de Deusto en 2013, ha presentado una encuesta sobre el ecologismo y el reto del cambio climático. El trabajo de campo de esta encuesta lo realizó la empresa 40dB entre el 21 y 26 de noviembre mediante una encuesta online a una muestra representativa de 1.000 personas de la CAV.
El 60% de los encuestados considera muy urgente la lucha contra el cambio climático. El 31,3% lo considera «urgente» y tan solo el 5,2% lo considera «poco urgente» o «nada urgente». Entre los jóvenes de 18 a 24 años, los que lo consideran ‘muy urgente’ son el 65,8%, pero sin embargo los que lo consideran ‘poco o nada urgente’ son el 8%.
Respecto a la identificación con el ecologismo, solo el 4% de la población se considera «totalmente ecologista», una cifra que aumenta al 9% entre los jóvenes de 18 a 24 años y desciende al 2,5% entre las personas de 55 a 64 años. La media de identificación con el ecologismo de toda la población es de 6,71 en una tabla del 0 al 10.
En relación a las medidas para la lucha contra el cambio climático, el 88,1% de los encuestados está «muy» (61,1%) o «bastante» (27%) de acuerdo con endurecer las penas por crímenes medioambientales, un porcentaje que baja al 75,5 entre los jóvenes. El 87% de los encuestados está de acuerdo con que se implanten nuevos impuestos a las industrias más contaminantes, y el 86% está a favor de prohibir la fabricación de plásticos de un solo uso.
Sobre la paralización del desarrollo de nuevas infraestructuras para la incineración de residuos, el 55,9% de los encuestados está muy o bastante de acuerdo, un porcentaje que asciende al 69,4% entre los jóvenes.
El 53,2% está de acuerdo con multar por no reciclar o hacerlo mal; el 52,5% está a favor de incrementar los impuestos al transporte aéreo; el 51,6% prohibiría la circulación de vehículos en el centro de las ciudades; y tan solo el 35% está muy o bastante de acuerdo con prohibir la fabricación y circulación de los coches diésel.
Por último, el el 53,3% respondió que estaría dispuesto a pagar precios más elevados dentro de sus posibilidades económicas para proteger el medio ambiente, el 24,4% contestó que no, y el 22,3 que no sabe o no contesta.