Explica la organización de baserritarras que «los contratos que se firman con la industria tienen una duración de un año, puesto que hay que programar con antelación el manejo del rebaño, porque trabajamos con la naturaleza y la leche no aparece por arte de magia». Entienden que «firmar contratos con las industrias es imprescindible y ha sido un gran paso conseguirlo», pero lamentan que «se está utilizando el contrato argumentando que se vende menos queso, para recoger lo mínimo pactado, echando al traste la previsión del trabajo de un año de los y las pastoras». 

EHNE remarca que «la hierba, el forraje, los cuidados… hemos comprado y pagado todo lo necesario para las ovejas, y preveíamos producir una cantidad para luego conseguir un sueldo para nuestra supervivencia. Pero ahora nos han dicho que no nos recogerán lo que produzcamos, sino que recogerán lo mínimo pactado».

Recuerdan que los baserritarras «no solo producimos alimentos: cuidamos el medio ambiente, cuidamos de los pastos que absorben el CO2, cuidamos las razas ovinas autóctonas, guardamos el conocimiento de nuestro entorno… y por todo ello, no nos pagan, pero lo ofrecemos igualmente».

Por lo que se preguntan si «¿alguien se pondrá las gafas para ayudar al primer sector que está en una situación extremadamente especial? Los y las pastoras somos autónomas, pero no podemos cesar nuestra actividad. Los ritmos de la naturaleza continúan, no podemos parar. Es decir, las ayudas a los autónomos por cesar la actividad no nos sirven».