Finalmente, la lesión en la rodilla derecha de Jonathan Calleri no es tan grave como en un principio pudo parecer, a tenor de los síntomas inmediatamente posteriores al lance y que obligaron a que el futbolista argentino tuviera que ser sustituido.
Los análisis médicos han determinado que el ariete rojillo sufre «signos de ruptura en el componente superficial distal del ligamento colateral medial de la rodilla derecha», una dolencia que no le obligará a pasar por el quirófano y que le mantendrá por espacio de un mes de baja.
Durante la jugada fortuita en la que Calleri se interpuso en un despeje de balón del central Burgos, la articulación del jugador se giró de manera brusca, lo que ha supuesto un desplazamiento del ligamento de su ubicación habitual, una anomalía que ahora se tratará de corregir con un tratamiento conservador.
El delantero ya estaba comenzando a entrar en los planes del técnico, Jagoba Arrasate, e incluso se había estrenado como goleador rojillo frente al Celta, demostrando encontrarse «en un gran estado de forma», como admitió el preparador de Berriatua a la conclusión del derbi contra el Eibar.
El míster rojillo deberá ahora buscar nuevas fórmulas para su ataque –muy probablemente centrará la posición de Rubén García o dará entrada a Adrián–, dado que no dispone de muchos efectivos por la también baja de Ante Budimir, confinado al dar positivo por coronavirus.