Alvaro  Reizabal
Alvaro Reizabal
Abogado

Alta velocidad

No tenemos más noticias que el pastizal que está costando, el retraso en la marcha de las obras sobre lo inicialmente previsto y los desvíos de costes en su ejecución, siempre para arriba.

Vaya uno por donde vaya se encuentra con el mismo panorama: gigantescos desmontes, moles de cemento que atraviesan el paisaje a gran altura para llegar de un túnel a otro y seguir a la salida hasta la boca del siguiente. Es como una inmensa oruga que horada la manzana verde de nuestros montes, una obra inacabable que destroza todo mientras se va construyendo para quedar dormida, si no muerta, al acabar la perforación. Si vas por la carretera tienes cada dos por tres sobre la cabeza un viaducto construido y parado hace años, y si atraviesas el Duranguesado ves durante kilómetros el talud, que parece cortado a hachazos en una zona de tan alto valor paisajístico como los alrededores de Anboto o Udalaitz. Es un faraónico despropósito del que no tenemos más noticias que el pastizal que está costando, el retraso en la marcha de las obras sobre lo inicialmente previsto y los desvíos de costes en su ejecución, siempre para arriba, claro. Al paso que va, cuando se acabe de construir el trazado completo a tan baja velocidad, habrá que reiniciar las obras para el mantenimiento y reparación de unas estructuras paradas durante años y abandonadas a su suerte. Será un jolgorio para las constructoras implicadas y para sus socios capitalistas. Para mas inri el proyecto lo bautizaron como «Y vasca», y visto lo ocurrido estos días no parece que lo de griego sea lo mejor hablando de trenes. Sin olvidar que no va a transportar mercancías ni va a conectar con Europa hasta no se sabe cuándo.

Hablando de alta velocidad no podemos olvidar el despido en diferido de De Miguel y Otxandiano, que nunca llega. Recuerdo que hace años abrieron varios expedientes a diferentes jueces por la lentitud en despachar y resolver los asuntos de sus juzgados, que acumulaban grandes retrasos. Paradójicamente, muchos de ellos se archivaron porque caducaron al pasar los plazos establecidos para su tramitación. Los expedientes disciplinarios iban más lentos que el propio expedientado. ¿Será todo esto ingeniería jurídica para que caduque la posibilidad de despedirles?

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