Hace unos días los informativos económicos anunciaban que la cotización en bolsa de la industria armamentista había subido hasta un 9%, en especial la de EEUU, Alemania, Francia y Gran Bretaña. En el texto, la gestión impecable de los números se desbordaba en balances e inversiones que son como la Biblia del capitalismo, la prosa insensible de una élite que lleva el cinismo y la hipocresía por bandera. También he leído el último poema de la escritora palestina Heba Abu Nada. Lo redactó poco antes de morir en uno de los bombardeos de Israel sobre la población civil de Gaza: «La noche en la ciudad es oscura, excepto por el brilló de los misiles; silenciosa excepto por el sonido del bombardeo; aterradora, excepto por la promesa tranquilizadora de la oración… –y terminaba– si morimos sepan que estamos satisfechos y firmes, y digan al mundo, en nuestro nombre, que somos personas justas del lado de la verdad». Puede que estos versos se interpreten como un testimonio de urgencia frente a la muerte y la desolación. Nunca cotizarán en bolsa. Sin embargo, sobrevivirán a la historia inmediata, tanto como el orgullo, la resistencia y la lucha del pueblo palestino. Bilbao, sábado 28 de octubre, una cita para escribir un poema colectivo. Palestina y Heba Abu Nada nunca estarán
