Anjel Ordóñez
Anjel Ordóñez
Periodista

«Nessum dorma»

El lejano oriente es el escenario de "Turandot", la conocida ópera de Giacomo Puccini, que ha sido interpretada desde hace décadas por las voces más destacadas de la escena lírica internacional. Aunque la historia nace de una antigua leyenda persa, el compositor italiano desarrolló una adaptación que se sitúa en la China imperial. La princesa Turandot, la poderosa hija del emperador, es una bella mujer de una inusitada crueldad que se manifiesta en su forma más sangrienta con sus pretendientes: aquellos que exponen su deseo de contraer matrimonio con ella, han de superar primero tres complicadas pruebas. Si fracasan, les espera la muerte.

La historia cobra fuerza con la aparición en escena del príncipe Calaf, un osado tártaro que, sin revelar su verdadera identidad, consigue descifrar los enigmas para desesperación de la altiva Turandot. Calaf propone entonces a la princesa de hielo un nuevo reto: si descubre su nombre, la liberará del compromiso. En este punto se sitúa el aria más famosa de la ópera: "Nessum dorma", que nadie duerma, la amenazante consigna bajo la cual Turandot moviliza hasta el último miembro de su corte para desvelar la identidad del príncipe.

"Nessum dorma" parece ser, precisamente, el lema escogido por el PNV para la campaña electoral. El nerviosismo ha calado profundamente entre los principales dirigentes jeltzales ante una cada vez más plausible victoria de EH Bildu. Y, como Turandot, apremian sin ambages: que nadie se duerma, porque cada voto cuenta. Han movilizado a todos los miembros de todos los estamentos de todas las estructuras para que, cada uno en su parcela, aporte lo que haga falta para mantener la hegemonía amenazada. Lo que haga falta y como haga falta.

Puccini murió sin terminar "Turandot", víctima de un cáncer de garganta. En su lugar lo hizo Franco Alfano, que decidió cerrar la obra con un romántico final en el que princesa y príncipe se rinden incondicionalmente al amor. No era esta, sin embargo, la idea original de Puccini, para quien el desenlace giraba de forma inexorable en torno al suicidio de una atormentada Turandot. Veremos.

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