Anjel Ordóñez
Anjel Ordóñez
Periodista

Hazia

Digo yo que ese joven armado con un diccionario que podría burlarse de Hazia, también podría hacerlo de Pilar, porque Pilar es sostén, lo mismo que Amparo, y sostén es sujetador.

Una jueza decidió la semana pasada cambiar el nombre que una pareja gasteiztarra, con gran ilusión, había escogido para su hija recién nacida. La magistrada ha dictado, en base al buen juicio que le otorgan las recias oposiciones que preceden al disfrute de su cargo, que la pequeña deberá aparecer en el registro civil con el nombre de Zia, rechazando el apelativo que la familia había elegido: Hazia, y alegando que en latín Zia también es semilla. Ya. Pues en italiano es tía y en kurdo, hermana.

Vayan por delante tanto mi reticencia a que las instancias públicas se inmiscuyan de forma gratuita en el ámbito privado, como mi severo rechazo a quienes proyectan en el formulario del registro su condición de cómicos o payasos frustrados, con todo mi respeto y admiración hacia ambas profesiones, por supuesto.

Pero vayamos al caso. La jueza entiende que el nombre podría causarle a la niña problemas en el futuro, puesto que además de su acepción más común, «semilla», Hazia también puede servir para denominar al «semen» o al «esperma». Bueno, bueno. Confieso que nunca se me hubiera ocurrido y, supongo que su señoría, además de haber escrutado con lupa el diccionario, habrá hecho un profundo ejercicio de enfermiza empatía al ponerse en el lugar de un hipotético adolescente del mañana con ganas de joder, que se burlaría, de no se me ocurre qué retorcida manera, de la chica en cuestión porque su nombre puede significar «semen».

Y digo yo que ese joven armado con un diccionario que podría burlarse de Hazia, también podría hacerlo de Pilar, porque Pilar es sostén, lo mismo que Amparo, y sostén es sujetador. ¡Ay! Amparo es Socorro, que puede ser arreglo, en plural Remedios, que si se separa es reme Dios, y remar es ciar y Zia, en euskara, también es remar hacia atrás, o sea recular, ir de culo. ¡Ay! Pero es que Zia, en una antigua acepción zuberotarra, es bellota, como tú de idiota. Y en Bizkaia, Zia es junco, la caña, de España, que rima con saña y con coña. Y con leña, que es zurra, casi zorra. ¡Ay! En fin, aquí lo dejo, que se me está escapando de las manos.

Buscar