Alberto Pradilla
Alberto Pradilla

¿Pero es que nadie piensa en los niños?

Después de observar la repugnante caza de brujas abierta por UPN contra el modelo D en Nafarroa y tras sosegarme un poco y aguantar sin vomitar la basura perpetrada por Intereconomía contra los alumnos del Instituto Iturrama de Iruñea, recordé la frase lanzada por Helen Lovejoy, la mojigata mujer del cura de los Simpson:

«¿Pero es que nadie va a pensar en los niños?»

Es obvio que no. O, al menos, no en todos ellos. En primer lugar, porque grabar a un menor de edad sin su consentimiento y emitirlo en televisión es un delito. No hace falta que sea con cámara oculta. También es cierto que los voceros del extremo centro español se han cuidado y estoy seguro de que han buscado el subterfugio para no ser condenados penalmente. No obstante, el hecho de que la cámara esté ubicada en el suelo, a varios metros de distancia y con el provocador sin un micrófono visible evidencia que, al menos, hay juego sucio. Nadie les preguntó si querían ser utilizados por el ariete del extremo centro español y eso ya debería de ser objeto de denuncia. Para más inri, los autores de la tropelía son los mismos hipócritas que se rasgaron las vestiduras por la aparición voluntaria de unos chavales filmados por TV3 durante la Diada en Catalunya. 

Hay que ser caradura y no tener escrúpulos para presentarse con la cinta en plan soberbio, como si se hubiese sacado una gran exclusiva, cuando en realidad te has comportado como un abusón en la puerta de un centro educativo. No obstante, el vídeo de Intereconomía, un canal marginal de extrema derecha, solo es un paso más en el «in crescendo» iniciado por UPN y el diario de Cordovilla, que nos puso enfermos a todos con ese titular bien definido por Juan Kruz Lakasta como «hemen gaude pederastiaren alde».

Entre tanto barro, solo observando la cronología de los acontecimientos encontramos claramente las responsabilidades políticas. Porque después de que la primera «exclusiva» apenas tuviese eco en una sociedad navarra que ve cómo el declive del partido de Yolanda Barcina le lleva desbarrar, fue la presión de su diputado en Madrid, Carlos Salvador, la que terminó enfangando todo. Fue su surrealista rueda de prensa en el Congreso, pensada únicamente para presentar a los medios de Madrid el artículo de Diario de Navarra, la que ejerció de altavoz. No olvidemos que el avezado representante unionista se presentó ante la prensa enarbolando únicamente el reportaje, bien subrayado con rotulador rosa. No dijo nada más y cuando fue interrogado acerca de ese fantasmagórico 25% de profesores «proetarras» se limitó a responder, con rictus serio, que no se trataban de «opiniones» sino de «estrategia». Por cierto. ¿Damos por válido que la Guardia Civil vigile a nuestro profesorado? No me parece a mi que el hecho de que un cuerpo militar fiscalice a cientos de docentes pueda decir nada bueno de la salud democrática de una sociedad.

En este despropósito hay muchos responsables, pero el origen hay que buscarlo en UPN. Y no únicamente esta semana. Son responsables de marginar durante años y años a los alumnos del modelo D, de poner en marcha un «napartheid» que intenta convertir a los euskaldunes en extraños en su propia tierra a golpe de cordón sanitario y, ahora, de tratar de criminalizar todo un sistema educativo que encima ha gestionado ininterrumpidamente durante los últimos años.

«¿Pero es que nadie piensa en los niños?»

En lo único que UPN piensa es en perpetuarse en el poder. Y para ello está dispuesto en apoyar que uniformados espíen impunemente a miles de profesores y alumnos navarros.

 

 

 

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