“Nadie entre aquí que no sepa Geometría” figuraba en el frontispicio de la Academia de Platón, uno de aquellos antiguos, admirador de los cinco postulados de Euclides para entender el funcionamiento del mundo y la medida de las cosas. ¡Qué obsoletos!, definieron lo geométrico como lo que es exacto o preciso y lo variable, por el contrario, a lo inestable, inconstante y mudable. Construían argumentos y silogismos, con lo costoso que resulta, en vez de eslóganes variables que digan una cosa y la contraria según conveniencia de las encuestas.
En la fachada de las Cortes españolas, junto a los pobres leones debería rezar: No entre aquí quien no sepa geometría variable. Así, la derogación de la reforma laboral ha resultado una reforma de la reforma, una derogación variable. El mantenimiento de la capacidad adquisitiva de salarios y pensiones, inflación 6% subida 2,5%, una capacidad variable. La lucha por la igualdad con subidas salariales porcentuales y no lineales consolida una igualdad muy variable. Ahora quieren una reedición variable de los Pactos de la Moncloa. Mañana, quizá, la modificación variable de la ley mordaza que refuerce la extraordinaria democracia española.
Con tan inestables variables no se pueden resolver ecuaciones.
