Dicen los más memos entre los indocumentados, apolíticos de derechas, que una cosa es «el deporte» y otra «la política». Que no deben ser mezcladas. Curioso. Durante mi periplo escolar, el profesor de Educación Física era el que nos impartía la Formación del Espíritu Nacional (FEN); el mismo profesor y no otro. Falangistas encargados de disciplinar nuestros cuerpos y mentes consiguieron, de muchos de nosotros, aversión al deporte, asco por el fascismo y una politización que nos llevó a la confrontación con las instituciones de la Dictadura franquista y posfranquista. El Poder siempre utiliza el deporte como elemento adocenador de masas. Cumple, en muchas ocasiones, el mismo papel de la muleta con el toro: la distracción y el engaño.Años ha, organizaciones de izquierdas y progresistas de diferentes países llamaron al boicot a los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, denunciaban que la participación supondría el blanqueamiento y la normalización del régimen nazi. La España republicana la boicoteó y la Generalitat de Catalunya preparó una contra Olimpiada Popular en Barcelona que iba a contar con miles de atletas de todo el mundo. El inicio, el 19 de julio. No pudo ser. Varios de los atletas judíos y no judíos del equipo olímpico de Palestina se unieron a las Brigadas Internacionales para combatir el fascismo.Ahora faltaba el tándem del oprobio. El conformado por el más necio, aquel cuya risa causa más desagrado que su delirio; el centinela de occidente al que Bush le dejó poner sus pies en la mesa para creerse algo. Responsable de miles de muertos por declarar la guerra de Irak que causó los atentados de Atocha. Dice que si Israel «pierde en Gaza», el mundo occidental quedaría «al borde de la derrota total». Y por el más cínico, el Sr. X de los GAL acusando a los palestinos del genocidio. Pedalean juntos mostrando una fealdad, incluso física, que repugna a la razón y a la vista.La equidistancia es el arma más poderosa del gobierno sionista de Israel. Denunciémosla, tomemos partido y al lío. Nos va la dignidad.