Obituarios

OBITUARIO

La gran renovadora de la danza contemporánea

“Pina BAUSCH“

(1940-2009)

Pina Bausch, considerada como la gran renovadora de la danza moderna, falleció ayer a los 68 años a consecuencia de un cáncer fulminante. «El domingo estaba sobre el escenario con su compañía, en la Ópera de Wuppertal», explicó la portavoz del Tanztheater, Ursula Popp. Pero ante los síntomas de cansancio extremo que presentaba, fue ingresada en el hospital, donde no pudo recuperarse.

Pina Bausch ha sido uno de los coreógrafos contemporáneos más importantes, famosa en todo el mundo por su singular estilo expresionista; un estilo que resultó bastante polémico en sus primeras etapas, aunque finalmente terminó siendo aceptada como una de las grandes. Empezó a formarse como bailarina en 1955 en la recién fundada Folkwangschule de Essen, creada y dirigida por Kurt Joos, y, en 1959,viajó a Estados Unidos, donde pasó tres años disfrutando de varias becas. Tras su paso por el Metropolitan Opera de Nueva York, en los años setenta introdujo el concepto de teatro-danza en Alemania, algo que diez años después llegó a tener en su país la misma importancia que el teatro hablado. Impuso en el campo de la escena un estilo de danza muy personal, explorando la exageración y la contradicción.

Pina Bausch cambió el rol del bailarín y dio a los objetos otro uso, introduciendo en escena esquís, bicicletas, paredes y hasta acantilados. Aclamada por muchos como una coreógrafa única por la puesta en escena de sus temas preferidos, como el miedo o la guerra de los sexos, destacó por la vitalidad artística de sus creaciones. Aunque también irritó a unos cuantos por sus propuestas extremistas y su uso de los arquetipos (la histérica, el esclavo...). «Lo que me interesa no es tanto saber cómo se mueve la gente, sino lo que la mueve», afirmó en una entrevista. Bailarines de todo el mundo frecuentaron el Tanztheater Wuppertal (Renania), que se convirtió en uno de los templos de la danza mundial.

Trabajando hasta el final

Se la esperaba a mediados de julio en Moscú, donde debía presentar «Los siete pecados capitales» en el Festival Internacional Chejov. Todavía no se ha decidido que harán con la gira. Pina Bausch presentó a mediados de junio en Wuppertal su última producción, «Tanzabend», un espectáculo melancólico con un escenario negro y vacío y vestido de ritmos lentos, en el que buscaba una introspección en el pasado de Chile. La pieza había sido muy bien recibida por la crítica alemana, que había visto en ella un resurgir de la potencia creativa de Bausch, a quien en los últimos años se le había acusado de caer en un efectismo fácil.

Para celebrar los 25 años de su Tanztheater, en 1998, preparó un festival de tres semanas en Wuppertal, el lugar de nacimiento de sus creaciones y buque insignia de ballet expresionista alemán. Allí realizó una especie de antológica de sus creaciones, de la más antigua a la más reciente, desde «Ifigenia en Tauris» (1974) hasta la «Window Washer" (1997), creada en Hong Kong Kong con motivo de la restitución de la colona británica a China. Asia le inspiraba. En 2006, tras una estancia con su compañía en la India, presentó «Bambú Blues», una coreografía en los colores de la India. En Europa, sus viajes le condujeron a Palermo, Lisboa, Budapest, Estambul... a Roma y París o Londres. Siempre con la taquilla rendida a sus pies.