Ganador de cinco premios Grammy entre 1977 y 1981, B.J. Thomas se dio a conocer al público en 1966 con una versión del cantante de country Hank Williams, ‘I'm so lonesome I could cry’, y luego con la canción ‘Hooked on a feeling’, en 1968. Una canción que ha tenido una larga trayectoria: el tema fue versionado por la banda Blue Swede años más tarde –una versión recuperada se podía escuchar en la película ‘Guardianes de la galaxia’ (2014)– y tuvo una segunda etapa de éxito en 1992, cuando fue incluido en la película ‘Reservoir Dogs’, de Quentin Tarantino.

Pero es con ‘Raindrops keep fallin' on my head’, perteneciente a la banda sonora de la película ‘Butch Cassidy and the Kid’ (‘Dos hombres y un destino’, en castellano), protagonizada por Paul Newman y Robert Reford en 1969, cuando B.J. Thomas alcanzó la fama. Con esta oda al optimismo, la canción ganó un Oscar y llegó a lo más alto de las listas de éxitos en Estados Unidos.

Lo curioso es que BJ Thomas la grabó con laringitis, por lo que su voz suena más ronca en la versión que se grabó para la película.

Fue un éxito de ventas en todo el mundo. De hecho, salió también una versión en castellano, titulada ‘Gotas de lluvia caen sobre mi cabeza’, cantada por, entre otros, el inglés Matt Monro. Y está también las bandas sonoras de ‘Forrest Gump’ (1994) y ‘Spiderman 2’ (2004)... entre otras, porque los Simpson también la han utilizado.

«Pocos artistas han dejado una huella más memorable en el panorama musical estadounidense que B.J. Thomas», señalaron sus agentes en su sitio. «Con su voz sedosa y rica, y su infalible sentido de la canción, la vasta carrera de Thomas ha abarcado varios estilos, incluidos el country, el pop y el gospel», agregaron.

Después de varios años de adicción al alcohol y las drogas en la década de 1970, hubo un punto de inflexión en su vida y en 1976 se convirtió a cristiano evangélico. Luego se dedicó a la música gospel, y el mismo año, su álbum ‘Home where I beling’ vendió más de un millón de copias.

B.J. Thomas había revelado en marzo que padecía una forma avanzada de cáncer de pulmón. «Soy sólo un tipo normal. Tuve mucha suerte», dijo entonces.