Dani Ulecia, cuestión de actitud

Dicen que el rock es cuestión de actitud, y quizás tengan razón. Por eso me gustaba tanto Dani Ulecia. No solo por ese estilazo tocando, por esa figura elegante y desgarbada, por lo que transmitía con el bajo, ni por el conocimiento oceánico que atesoraba –me parece alucinante que hubiese estudiado en Musicians Institute, en Los Angeles–. Me gustaba lo que decía.
En la entrevista-concierto que les hizo Carne Cruda en el Teatro Gayarre, al ser preguntados por el auge del feminismo y la «cultura de la cancelación», Ulecia dijo con total naturalidad que hay cosas que hacíamos y decíamos antes que estaban mal, y que no volver a hacerlas o decirlas no era un esfuerzo, sino lo correcto. Al mismo tiempo, dijo una frase que me gustó: «No se puede ir todo el día con el culo sudado».
En una entrevista en ‘Diario de Navarra’, terminaba diciendo «si desaparece la especie humana me parece bien. Creo que somos una enfermedad para el planeta. Y el universo va a seguir existiendo sin humanos». Una verdad sin enmienda posible. Sin embargo, como de momento esa extinción no ha llegado y seguimos cascando por levas, a la espera del meteorito es una auténtica lástima que se haya muerto Dani y no cualquier ignorante, arrogante y cretino que aporta poco al mundo.
[Conste que no conocía personalmente a Dani. Pertenecemos a esas dos Iruñeas que solo coinciden en los baños o en La Raspa. Cuando éramos jóvenes, algunos miraban a Madrid y a Hollywood, otros a Las Landas y a Moscú. Solo sé de él por sus actos, por su música y por sus escasas pero rotundas palabras. Y por sus amigos, que sí son los míos.]
Nos quedan sus discos, ese par de verdades, y su familia y sus amigos. Un abrazo, brothers, besarkada bat.

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