Kazetaria / Periodista

Melancólica quietud

IAGOBA FANLO Y MARIO PRISUELOS
Violoncello: Iagoba Fanlo. Piano: Mario Prisuelos. Obras: Recital ‘Popular y magistral’. Obras de J. Guridi, J.M. Franco, B. Martinů y D. Shostakovich. Lugar y fecha: San Telmo Museoa, Donostia. 06/08/2024. Quincena Musical.

Recital del violonchelista Iagoba Fanlo y el pianista Mario Prisuelos.
Recital del violonchelista Iagoba Fanlo y el pianista Mario Prisuelos. (Nora FRANCO MADARIAGA)

Bajo el título de ‘Popular y magistral’, el recital que ofrecieron el violoncellista Iagoba Fanlo y el pianista Mario Prisuelos el pasado martes en San Telmo Museoa pretendía abarcar una serie de obras de diversos autores que, formados musicalmente al más alto nivel intelectual, optaron, sin embargo, por ceder a la fuerte influencia de sus tradiciones autóctonas. Y, si bien es así y el componente folklórico está muy presente en todas las obras del recital, el hecho de que los cuatro compositores escogidos para la velada fueran casi contemporáneos fue, sin duda, uno de los principales alicientes del concierto, permitiendo observar, comparar y poner en perspectiva a unos y otros, disfrutando de los distintos y al mismo tiempo complementarios lenguajes que se dieron en Europa en la primera mitad del siglo XX.

Comenzó el recital con una pequeña pieza –pequeña solamente en duración– de Jesús Guridi, ‘Adagio’, muy pocas veces interpretada y que despertaba de un largo sueño en las estanterías de Eresbil. Este breve y delicado entrante permitió apreciar lo que luego desarrollarían durante el resto del recital: un canto muy lírico y bien fraseado, entre nostálgico y perezoso, cargado de emoción, con agudos redondos y un registro grave muy sonoro y corpóreo para el cellista Fanlo, y un pianismo de Prisuelos presente, preciso, expresivo, bien equilibrado y muy respetuoso con la sonoridad del cello.

La siguiente obra fue la sonata Op.32 de José María Franco, un excepcional músico irundarra al que, inexplicablemente, aún no se le ha dado el sitio que merece en la Historia de la música. Esta sonata, con una musicalidad mucho más romántica, armonías más densas y un lirismo más apasionado, permitió juegos con el rubato y las dinámicas y una participación más protagonista del piano, entablando un verdadero dúo en lugar del papel de acompañante en segundo plano.

Como avanzaba el título del recital, se pudieron escuchar, de forma vaga pero incontestable, temas enraizados con el folklore, pero también reminiscencias de Mompou y su ‘Música callada’ –también contemporánea, por cierto– o del propio Guridi, por citar algunas.

El concierto continuó con las ‘Variaciones’ sobre un tema eslovaco de Bohuslav Martinů, cuya exposición temática tiene ese componente local, pero cuyas cinco variaciones están repletas de juegos rítmicos y contrastes, que fluyen libremente dejando al cello espacio expresivo.

La última obra de la noche fue la sonata Op.40 de Shostakovich, una pieza con un claro carácter melancólico, casi triste, con un lenguaje tradicional, pero con una complejidad temática y una rica ambigüedad tonal más allá del ‘simple’ romanticismo, que encontró un espacio de quietud idílica para su escucha en el claustro del Museo San Telmo.

Como propina, la delicada ‘Esquisse’ de Antonio Garamendi puso el último suspiro a una melancólica velada estival.