
El pasado domingo se puso a cero el contador para identificar las borrascas de gran impacto en el Grupo Suroeste europeo, del que forman parte los servicios meteorológicos de los estados español y francés, Portugal, Bélgica y Luxemburgo.
Una borrasca o depresión es un tipo de ciclón –término genérico donde se incluyen los huracanes, tifones, bajas polares, medicanes… –que transcurre por latitudes medias, entre 30 y 60 grados. Son sistemas de bajas presiones en los que el viento –en el hemisferio norte– gira en sentido contrario a las agujas del reloj. Asociados a las borrascas se suelen producir vientos fuertes o muy fuertes.
La Universidad Libre de Berlín ha estado bautizando a los anticiclones y borrascas desde el año 1954, pero en 2017 Météo-France, IPMA (Portugal) y Aemet (Estado español) decidieron establecer su propio sistema de denominaciones, solo para las borrascas que potencialmente puedan producir un gran impacto en bienes y personas.
Según se explica en la web de Aemet, el hecho de nombrar a las borrascas con gran impacto «favorece que la comunicación sea más efectiva ante un episodio adverso de viento, que también suele llevar asociados fenómenos costeros adversos y en muchas ocasiones también problemas relacionados con la nieve y la lluvia».
Población más atenta
Unas encuestas en Gran Bretaña e Irlanda, donde comenzaron a implantar sus propios nombres en 2015, demostraron que la población estaba más atenta a los avisos previstos de fenómenos meteorológicos adversos y a las recomendaciones de seguridad cuando la amenaza de viento fuerte estaba claramente identificada y asociada al nombre de la borrasca.
La lista de nombres que se eligen sigue un orden alfabético de asignación. El Grupo Suroeste europeo pondrá nombre a las borrascas atlánticas y a las del Mediterráneo occidental, y la primera de esta temporada tendrá nombre vasco: Aitor.
Según Euskaltzaindia, el nombre proviene de la expresión zuberotarra «‘aitoren semea’, que significa ‘noble’; del euskera ‘aita onen semea’, ‘hijo de buenos padres’». Fue difundido por el escritor de Atharratze Agosti Xaho (1810-1858) en su obra ‘La lègende d'Aitor’, y popularizado por Francisco Navarro Villoslada, natural de Biana, en ‘Amaia o los vascos en el siglo VIII’.
A la borrasca Aitor le seguirán Berenice, Caetano, Dorothea, y una lista de veintiún nombres –hay letras que no se emplean– hasta el último, que es Wolfgang.

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