M.A.

«Nos dijeron que era un pintxo digno de comer en un buen restaurante»

Los donostiarras José Manuel Irigoyen y Tomás Núñez, de la sociedad Ilunpe de la Parte Vieja, fueron los ganadores del I Concurso gastronómico celebrado en 2023 con la txistorra como ingrediente principal. En esta segunda edición volverán a poner en práctica su experiencia en los fogones.

José Manuel Irigoyen, a la izquierda, y Tomás Núñez, a la derecha, volverán a probar suerte hoy, una jornada en la que las sartenes y cazuelas no estarán vacías.
José Manuel Irigoyen, a la izquierda, y Tomás Núñez, a la derecha, volverán a probar suerte hoy, una jornada en la que las sartenes y cazuelas no estarán vacías. (M.A.)

Los donostiarras José Manuel Irigoyen y Tomás Núñez de la sociedad Ilunpe de la Parte Vieja son dos habituales de los concursos gastronómicos, y no son pocos los certámenes en los que han sido premiados. Llevan más de una década compartiendo fuegos y utensilios, sin importar cuál es el plato a elaborar. El año pasado ganaron la primera edición del Concurso gastronómico “La txistorra en la gastronomía”, en el que los equipos debían preparar un plato con la longaniza como ingrediente principal.

La propuesta de estos cocineros, bautizada como “Sobres de txistorra con puré trufado” fue la que más convenció al jurado. Este año quieren hacer lo propio con “Flor de revuelto de txistorra trufada”.

Núñez empezó a participar y ganar en la sociedad Sansustene del Antiguo, en los concursos de bacalao. En la Cofradía de la Sidra de Hernani conoció a José Manuel Irigoyen y decidieron ir juntos en uno. Fue el primero de muchos, y los que vendrán. Le dan a todos los palos: marmitako, merluza, chipirones, alubias de Tolosa, paella… Todo se les da bien, como acreditan los premios. Han ganado mucho, pero también les ha tocado perder, algo que dicen no les gusta hacer «ni a las canicas», aunque lo asuman con deportividad. No se pueden quejar.

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Son habituales de los cuatro concurso de Semana Grande de Donostia, pero esos son sólo algunos en los que compiten. «Empezamos los concursos por sanmarciales, que es el primer concurso de bacalao, luego Semana Grande, Ibarra, Martutene, Tolosa…». Y ahora que se han jubilado tienen más tiempo para estas cosas.

No pensaban participar en el de Santo Tomas, porque la fecha no les venía muy bien; pero les animaron desde el ayuntamiento y Núñez improvisó el plato «a botepronto»: un pintxo de pasta filo, txistorra, puré de patata y trufa. La mayoría de los ingredientes se los facilitó el patrocinador del concurso, excepto la trufa, que tuvieron que comprar ellos mismos. No tuvieron tiempo para practicarlo, pero parece que les bastó la intuición y la buena mano.

Irigoyen recuerda que hizo muy mal tiempo, «viento, lluvia… Horrible. Una ráfaga se llevó las mesas…» y tuvieron que hacerle frente como pudieron, poniendo cartones para frenar el viento que les apagaba el fuego. Al jurado le sorprendió que hubieran podido preparar todas las elaboraciones en el sitio, pero sobre todo el resultado: «Les encantó. Nos dijeron que era un pintxo digno de comer en un buen bar o restaurante», afirma su creador.

Preguntados por el secreto de su éxito, Núñez da una respuesta habitual: «El cariño», pero luego vienen las matizaciones. Además de la calidad del género que apunta su compañero, sostiene que la clave está en cocinar para los demás como a él le gusta comer.

Hoy volverán a la calle Elkano, y aunque esté anunciada la lluvia, esperan que no se repita la situación del año pasado; pero sí el resultado. Han hecho pruebas de su pintxo y «tiene buena pinta». Tendrán más competencia, porque son diez los equipos inscritos, cuatro más que en 2023. Notan que desde que empezaron hace más de diez años, los participantes han mejorado mucho y «cocinan muy bien». Aún así, cuando les ven llegar, sus contrincantes les dicen: «Ya somos segundos».