Periodista, especializado en información cultural / Kazetaria, kulturan espezializatua
Entrevista
Inés Eleuteria
Cantante de Mississippi Queen & The Wet Dogs

«El arte siempre ayuda a sanar»

La banda bizkaitarra acaba de publicar su segundo trabajo, en el que experimentan con otros sonidos diferentes a los de su álbum debut, pero sin alejarse de los ritmos negros en los que tan bien se desenvuelven. Este sábado, 11 de enero, actúan en Helldorado de Gasteiz.

Integrantes de Mississippi Queen & The Wet Dogs.
Integrantes de Mississippi Queen & The Wet Dogs. (Adrián MOROTE)

Para comenzar, sin ser un disco conceptual, sí que podemos decir que escuchándolo casi podríamos saber qué le ha pasado en estos últimos cinco años…

Pues sí, ya no somos aquellas personas que hicieron ‘Try me’, jóvenes con mucha ilusión y frescura, y esa actitud de ‘me voy a comer el mundo’. No hay tanta ingenuidad y hay un poco más de madurez, por un lado en lo musical, ya que está mucho más trabajado con la experiencia de los años, y por otro, es un disco más abatido, después de habernos llevado unas cuantas hostias en la vida.

A la hora de elegir el tracklist sí que hemos seguido un orden conceptual, aunque las canciones fueron surgiendo de la vida y de estar transitando diferentes momentos, lo que plasmamos en canciones. No eran temas hechos a medida para este disco, pero esos momentos han sido muy potentes y por eso en ‘Phoenix’ se cuentan esas historias que se ordenan en una misma secuencia, sin tener la intención de hacer un disco conceptual. Por otra parte, en cuanto al diseño y la presentación, la música dialoga con el arte visual del álbum, realizado por Claire Tardieux, que de alguna forma evoca las ilustraciones de cuentos de magia en los que creíamos de niños. Esto refleja ese contraste entre la inocencia y la madurez que aún coexisten en mí y, creo, en todos.

«‘Phoenix’ es un disco mucho más trabajado con la experiencia de los años, y también más abatido, después de habernos llevado unas cuantas hostias en la vida»

En cuanto a lo musical, sí que se nota una apertura a ritmos más ‘blancos’. ¿Existía esa intención de hacer algo más variado que lo que hicieron en ‘Try me’?

Eso es porque tengo personas a mi alrededor que escuchan música de otros palos, siempre dentro de lo que es la música de raíces americana; hemos pasado mucho tiempo diciendo que el country es música ‘de blancos’, porque mayoritariamente lo ha trabajado gente blanca, y ahora parece que, con el último disco que ha sacado Beyoncé se ha abierto un debate interesante… pero más allá de meterme en ese jardín, es cierto que, como te decía, nos hemos abiertos al folk y al country de una manera natural por influencia de personas que hay a nuestro alrededor, pero también por esa madurez que me ha llevado a buscar una música más pausada. Porque cuando era más joven me gustaba el hard rock, el heavy metal, el blues y el soul potente, y cuando escuchaba country era como que me aburría… pero, como te digo, a lo mejor cuando estás pasando una mala época buscas cosas más tranquilas y te apetece más James Taylor que James Brown.

¿Y qué decir de su compañero Aitor Zorriketa, siempre dispuesto a explorar todos los caminos posibles?

Al final, Aitor es músico, la música es su lenguaje y sabe adaptarse a todo y por dónde tirar en cada momento. Este año se cumplen diez años desde nuestro primer concierto juntos y es maravilloso tener una persona así a mi lado. Además, en este disco tenemos por primera vez una canción que nace de una semilla de Aitor, como es ‘Get back up’, que surge a raíz de un riff funky que trajo él, también en ‘I’m yours’ él vio un enfoque diferente… para mí era una cuenta pendiente trabajar a la inversa, sacando una canción de algo suyo. Es algo a lo que estamos abiertos y ojalá podamos seguir trabajando mis ideas y las suyas de manera conjunta, porque creo que tenemos capacidad de sobra para ir haciéndolo y ese diálogo entre ambos es súper importante para que este proyecto siga avanzando.

¿Se nota que ya son una banda más hecha que cuando hicieron su primer trabajo?

Claro, cuando hicimos ‘Try me’ no habíamos hecho nada como banda; de hecho, la compusimos con guitarra acústica, voz y con Virginia Fernández a la batería, aunque cuando entramos a grabar ya estaba Ander (Alonso), y Mikel Nuñez llegó a los teclados habiendo escuchado las canciones un poco el día anterior, los bajos los hizo también Aitor… pero ahora la banda que hemos grabado ya es la misma que lleva un tiempo girando y se nota esa cohesión entre todos, que todavía no había en el primer disco.

(Adrián MOROTE)

También hay que destacar en ‘Phoenix’ la notable lista de colaboraciones con la que han contado en este disco. ¿Cómo surgen estas alianzas?

Lo de Gabo (Brown) fue porque cuando grabamos el video de ‘NYC’ nuestro bajista Jon Carranza estaba fuera y le propusimos la colaboración porque tenemos muy buen rollo con él e incluso alguna vez ha tocado con nosotros; así que luego, a la hora de grabar, tenía todo el sentido que también lo hiciera Gabo. ¿Y de los y las coristas qué te voy a decir? Podríamos habérselo propuesto a otras personas porque, por suerte, en Euskal Herria tenemos unas voces de caerte de culo, pero estas tres nos dijeron que sí desde el principio. Y ahí está Iñigo (López), que a nivel técnico y personal es maravilloso, mi ‘hermana’ Noa (Egiguren) y Lide Hernando, que es otra bellísima persona y artista… pero es que, por lo menos en nuestro circulo, a no ser que sea imposible, siempre decimos que sí a este tipo de colaboraciones… Si podemos ayudarnos a que el concierto o el disco quede guay, ¿por qué no lo vamos a hacer?

¿Y qué cambios ha habido en la producción, respecto a ‘Try me’?

Tuvimos dudas de grabar en directo, pero al final solo lo hicimos en ‘Song for Silvia’, y el resto lo hicimos de una manera similar a la del disco anterior. Lo que sí hemos hecho esta vez es grabar directamente todo con Borja Muro, que en ‘Try me’ nos hizo la mezcla. Así que, hemos hecho con él y con Lastra una parte en Tío Pete, otra parte en Blue Bayou Estudio, e incluso algunas partes las hemos grabado en mi casa. Ha habido mucho trabajo de Aitor con Borja, y conmigo de una manera secundaria, sobre todo en el proceso de mezclas. Pero estamos muy satisfechas de cómo ha quedado.

¿Ya han probado los nuevos temas en los conciertos?

Sí, y te confieso que hay canciones que va a costar llevarlas al directo, porque por ejemplo, ‘NYC’ es muy vulnerable y requiere de una atención por parte del público que no siempre es fácil de conseguir. Y luego pasan cosas raras, como ‘Cold hands’, que en un concierto no conectó con la gente y, sin embargo, en otro una persona que estaba pasando por una situación similar a la que se narra, vino después del concierto a decirme que se había tenido que ir porque le había llegado demasiado dentro, algo similar a lo que pasaba con algunos temas de ‘Try me’… Lo que pasa con estas canciones más lentas es que, muchas veces, la gente aprovecha la balada para charlar, sin tener en cuenta que la banda está escuchando todo porque estamos muy cerca. Y, de alguna forma, nos está jodiendo la canción, e invadiendo nuestra experiencia sónica, al no poder mantener la atmosfera que queremos crear, y por eso esas canciones son un poco puñeteras, pero eso también es parte del juego, ¿no?

«Hay canciones que va a costar llevarlas al directo, porque por ejemplo ‘NYC’ es muy vulnerable y requiere de una atención por parte del público que no siempre es fácil de conseguir»

Pero supongo que siempre se quieren compartir todas las canciones en vivo, ¿no?

Bueno, a veces tienes canciones como la nana, que ya la he compartido aquí, en el disco, y se la he cantado y se la seguiré cantando a mi hija… y ojalá venga una madre que me diga ‘¡qué bien duermo a mi niña con esta canción!’ (risas); pero ya no me hace falta llevarla al directo. Esto es algo que antes no entendía, pero no todas las canciones que están en un disco hay que tocarlas en los conciertos… y no pasa nada.

¿Ha dolido o ha sanado este proceso de terapia musical que ha sido este ‘Phoenix’?

El arte siempre ayuda a sanar. Lo que duele es vivir las experiencias que inspiran las canciones. Crear o escuchar música reabre heridas, pero es necesario para curarlas. Ha habido momentos durísimos en que he sufrido mucho, cuando conectaba con las emociones que relatan algunas canciones. Además, una de las cosas que me han pasado en este tiempo ha sido que, durante un año, tuve que dejar de cantar porque tenía que terminar mi tesis doctoral, y cuando volví tenía las emociones a flor de piel y casi en cada concierto acababa llorando. Pero bueno, son cosas normales por las que hay que pasar.

Para terminar, ¿es complicado encontrar hueco para ensayar y tocar, teniendo en cuenta que casi todas ustedes están en otros proyectos paralelos?

Sí, porque aunque también toquemos en bandas como Aguanieve, The Travellin' Brothers o The Half Nelsons, todos tenemos claro que la prioridad es Mississippi Queen, y de hecho ya estamos a tope preparando dos conciertos muy importantes para la banda, como el de Helldorado del 11 de enero, y sobre todo, el de Bilborock el 7 de febrero.