
La ministra de Inmigración de Nueva Zelanda, Erica Stanford, ha indicado que los cambios que entran en vigor permitirán que los extranjeros que visiten el país puedan trabajar de manera remota durante al menos 90 días sin tener que pagar impuestos siempre que su empleador no esté en la nación austral.
«Se trata de un mercado turístico completamente nuevo al que Nueva Zelanda puede acceder. Queremos que la gente vea nuestro país como el lugar ideal para visitar y trabajar al mismo tiempo», ha dicho Standord en un comunicado elaborado conjuntamente con a la ministra de Crecimiento Económico, Nicola Willis, y la ministra de Turismo, Louise Upston.
Importante motor económico
En 2024, las llegadas superaron los 3 millones y generaron ingresos cercanos a 5.970 millones de euros –alrededor del 3 % del PIB–, mientras que de este sector dependen casi 200.000 puestos de trabajo, según las cifras oficiales.
Hasta ahora, las reglas aplicadas a los visitantes establecían que estos no podrían trabajar durante su estancia, que puede ampliarse hasta los 9 meses, si bien la normativa advierte de que a partir de los 3 meses los nómadas digitales podrían estar sujetos a gravámenes. «Hacer que el país sea más atractivo para los nómadas digitales aumentará el atractivo de Nueva Zelanda como destino», ha detallado Willis.
Wellington ha manifestado que estos cambios «apoyan un sistema de inmigración más inteligente, eficiente y predecible para hacer crecer la economía» y ayudarán a atraer talento y que los visitantes prolonguen sus estancias.
La economía de Nueva Zelanda entró en el tercer trimestre de 2024 en recesión técnica al registrar una contracción del 1% del PIB seguida del descenso del 1,1% registrado en el segundo trimestre. Las autoridades neozelandesas aún no han publicado los datos del último cuarto del año pasado.

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