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El chupinazo sanferminero ayuda a la física a entender el movimiento de las grandes multitudes

Un equipo de físicos, entre los que se encuentra un catedrático de la Universidad de Navarra, ha tomado como modelo el chupinazo sanferminero para entender el movimiento de las grandes multitudes, un estudio que concluye que estas terminan autoorganizándose en un movimiento coordinado.

Que se produzca un incidente grave en el chupinazo iruindarra es poco probable por la vía de escape de las calles adyacentes y porque los participantes saben a lo que van.
Que se produzca un incidente grave en el chupinazo iruindarra es poco probable por la vía de escape de las calles adyacentes y porque los participantes saben a lo que van. (Iñigo URIZ | FOKU)

El cohete sanferminero y la aglomeración de miles de personas que congrega ha sido estudiado por un equipo de físicos para entender el movimiento de las grandes multitudes, lo que puede ayudar a anticipar su comportamiento y evitar accidentes.

Un equipo internacional, con la participación de Iker Zuriguel de la Universidad del Opus Dei en Nafarroa, publica en ‘Nature’ una investigación fruto de la observación y uso de modelos durante cuatro ediciones del chupinazo, 2019 y de 2022 a 2024. El estudio indica que las multitudes, cuando alcanzan un determinado grado de densidad, acaban por autoorganizarse en un tipo de movimiento coordinado sin necesidad de una guía externa.

Han calculado que cada 6de julio más de 5.000 personas se reúnen en la Plaza Consistorial de Iruñea y que, cuando la densidad de la multitud alcanza cuatro personas por metro cuadrado –superficie que corresponde a una ducha pequeña–, empieza a verse un movimiento involuntario de cada una de ellas.

Zuriguel, catedrático de Física Aplicada, ha explicado a la Agencia EFE que es un movimiento orbital (como el de la Tierra alrededor del Sol) que cada persona efectúa alrededor de un punto; un movimiento oscilatorio, como un péndulo que viene y va, pero dando vueltas.

«No son círculos grandes, sino pequeños, de entre un metro y tres de diámetro, no mucho más» y que se tarda 18 segundos en realizar, en el caso de la Plaza Consistorial, de 50 metros de largo por 20 de ancho, pues el intervalo de tiempo depende del tamaño y no de la cantidad de personas.

El equipo de investigadores, dirigido por Denis Bartolo, de la Escuela Superior de Lyon, ha comprobado que la multitud podía alcanzar en la Plaza del Ayuntamiento hasta una densidad máxima de nueve personas por metro cuadrado.

Al llegar a ese umbral máximo, se observaban bolsas de varios cientos de personas que se comportaban espontáneamente como un solo fluido y que oscilaba siempre en el intervalo de tiempo predecible de 18 segundos sin estímulos externos, por ejemplo, empujones.

Controlar las aglomeraciones

No quiere decir que todo el mundo se desplace al unísono, pero se pueden llegar a formar grupos de hasta 500 personas que se mueven con la misma dirección y velocidad. Incluso dos zonas de la plaza pueden hacerlo de forma diferente, una en sentido de las agujas del reloj o al contrario.

Los autores han comparado estos movimientos en Iruñea con las imágenes de la Love Parade de Duisburgo donde se produjo una aglomeración trágica en 2010

 

Las aglomeraciones densas pueden suponer un grave peligro, ya que cientos de individuos pueden desplazarse en masa provocando aplastamientos, posibles asfixias y muertes. Conocer ese tipo de patrones en el movimiento y poder observarlos –por ejemplo, con cámaras inteligentes (que llevan un microprocesador incorporado)– puede ayudar a evitar desgracias, debido a avalanchas, o a facilitar la evacuación de gran número de personas.

Para establecer la naturaleza general de sus hallazgos, los autores compararon los resultados con imágenes tomadas en la Love Parade de Duisburgo (Alemania) de 2010, durante la cual varios cientos de personas de una multitud presa del pánico resultaron heridas y 21 murieron.

En la zona de la multitud donde se produjo el accidente aparecía el mismo tipo de movimiento orbital con una frecuencia diferente porque lo era el tamaño del lugar y el de la multitud, agrega el físico. En el caso de la Plaza Consistorial de Iruñea, a pesar de la enorme aglomeración de personas, nunca se ha producido un suceso como el de Duisburgo.

Zuriguel considera que se debe a que las calles que dan acceso a la plaza son muy grandes y a que las personas ya saben de antemano cuál va a ser la situación. «No es lo mismo encontrarte en una situación descontrolada sin quererlo, que sabiendo que vas a estar ahí, en ese movimiento de masas», especifica.

El equipo ha formulado un modelo sencillo de dinámica de fluidos que ahora quieren comprobar si funciona en otras situaciones y propone un protocolo que podría ayudar a anticipar estas dinámicas de multitudes antes impredecibles.