China acelera para superar a EEUU en la carrera de la IA
La Conferencia WAIC celebrada el pasado fin de semana en Shanghái evidenció la ambición de Pekín por liderar la carrera en el ámbito de la inteligencia artificial a nivel global. Con modelos como el de DeepSeek, potentes y de bajo coste, China desafía el liderazgo de EEUU.

China quiere superar a Estados Unidos en el sector de la inteligencia artificial (IA). Ese es el claro mensaje que dejó en la Conferencia Mundial sobre Inteligencia Artificial (WAIC) celebrada en Shanghái. El avance estadounidense ya fue cuestionado a comienzos de 2025, con la presentación por parte de la empresa emergente china DeepSeek de un robot conversacional que rivaliza con los mejores modelos estadounidenses, pero a un costo mucho menor.
China, Estados Unidos y otras grandes economías están «involucradas en una maratón a velocidad de Fórmula 1», resume Steven Hai, profesor de innovación tecnológica en la universidad Jiaotong Liverpool de Xi’an. «¿Qué país tomará la delantera? Solo se podrá evaluar de forma dinámica, a medida que evolucione el sector», subraya el experto.
Ambas potencias dominan el sector y solo entre 10 y 15% de los modelos desarrollados recientemente lo fueron sin su participación, según el instituto de investigación Epoch AI.
Si bien grupos estadounidenses como Google u OpenAI siguen a la cabeza, Epoch estima que 78% de los modelos chinos son considerados «a la vanguardia», frente al 70% de los estadounidenses. El objetivo declarado de Pekín es convertirse, de aquí a 2030, en el «centro mundial de la innovación» en materia de inteligencia artificial.
«Con su sólida oferta tecnológica y unos Estados Unidos más enfocados en sí mismos, la cuestión es si esa visión de Pekín logrará seducir a nivel internacional», opina Tom Nunlist, analista de la consultora Trivium China.
El pasado mes de mayo, Brad Smith, presidente de Microsoft, declaró ante el Senado estadounidense que el «factor decisivo» será cuál tecnología -china o estadounidense- es «más ampliamente adoptada en el resto del mundo».
La ventaja china es tanto tecnológica como económica. «Una de las grandes diferencias es que la mayoría de los modelos de vanguardia chinos son open-weight y con código fuente abierto», detalló el exdirector ejecutivo de Google, Eric Schmidt, durante la conferencia de Shanghái.
El open weight significa el libre acceso a los parámetros de ponderación, es decir a los criterios que definen cómo funciona un modelo después de su desarrollo. Esto implica que estos modelos pueden ser adaptados por otros países según sus propias necesidades, subraya George Chen, de la consultora estadounidense The Asia Group. «Mongolia, Kazajistán o incluso Pakistán están intentando basarse en el modelo DeepSeek para desarrollar sus propias herramientas», destaca.
El coste relativamente bajo de las tecnologías chinas -tanto a nivel de software como de hardware, a través de empresas como Huawei- podría atraer a los países en desarrollo, añade.
En los últimos años, Estados Unidos ha intentado preservar su liderazgo en este ámbito tecnológico reforzando las ya duras restricciones a la exportación de chips avanzados hacia China.
Esto impulsa a las empresas chinas a explotar vacíos regulatorios para acceder a estos circuitos tan valiosos -ya sea mediante contrabando o prácticas de elusión-, señala Hai.
PROBLEMAS DE CONFIANZA
Las empresas chinas de IA también deben enfrentar la censura, lo que genera «problemas globales de confianza en el uso de tecnologías chinas», señala Nunlist.
En junio, OpenAI acusó a Zhipu -otro actor chino de la inteligencia artificial- de mantener vínculos estrechos con las autoridades estatales del gigante asiático.
«El objetivo es arraigar estos sistemas y normas chinas en los mercados emergentes antes de que puedan hacerlo los competidores estadounidenses o europeos», había afirmado OpenAI.
Para contrarrestar estos temores, China ha buscado durante la conferencia WAIC presentarse como un actor responsable. En ese sentido, el primer ministro chino, Li Qiang, se comprometió a compartir la tecnología con otras naciones, especialmente con los países en desarrollo.
Estas declaraciones contrastan con el plan de acción agresivo sobre inteligencia artificial lanzado pocos días antes por el Gobierno estadounidense que lidera Donald Trump, que plantea una regulación mínima del sector.
Pekín también dio a conocer su propio plan de acción durante la WAIC, al término de un encuentro que reunió a delegados de decenas de países.
El primer ministro chino anunció la creación de una organización dedicada a la cooperación internacional en materia de IA, la cual estaría liderada por China.
Sin embargo, no se brindaron detalles sobre esta nueva organización, incluidos sus posibles integrantes.
Los robots humanoides encarnan la ambición del gigante asiático
Robots humanoides que sirven cerveza, boxean o juegan al mahjong fueron los protagonistas de la Conferencia Mundial de IA (WAIC) celebrada el pasado fin de semana en Shanghái, una muestra simbólica del poderío y de la ambición china en la carrera global por el liderazgo en inteligencia artificial.
La cita anual sirve como escaparate del avance tecnológico del país, en línea con el objetivo de Pekín de convertirse en referente mundial en IA. Durante la inauguración, el primer ministro Li Qiang anunció la creación de una nueva organización para cooperar en la gobernanza de esta tecnología.
Aunque el ambiente en la exposición fue distendido, con androides tocando la batería o jugando al curling, el mensaje de fondo es claro: China apuesta fuerte. El Gobierno ha invertido en robótica, un ámbito donde algunos expertos creen que ya supera a EEUU.
Unitree presentó el androide G1, capaz de boxear y mantener el equilibrio, y anunció su modelo de tamaño real R1 por menos de 6.000 dólares. La sofisticación crece cada año.
Según los organizadores, participaron más de 800 empresas con más de 3.000 productos. Los humanoides fueron los preferidos del público.
A diferencia de Meta, Google firma el código de conducta de la UE
Google anunció ayer que firmará el código de conducta de la Unión Europea para regular los modelos de inteligencia artificial (IA), a diferencia de Meta.
OpenAI, creadora de ChatGPT, y la start-up francesa Mistral ya habían anunciado su adhesión a este código, mientras que Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp...) afirmó que no lo hará.
Estas recomendaciones europeas sobre los modelos de IA más avanzados, como ChatGPT, se centran en cuestiones como los derechos de autor.
La UE pide excluir los sitios conocidos por prácticas repetidas de piratería y exige que los firmantes verifiquen que sus modelos no reproduzcan mensajes injuriosos o violentos.
Estas normas se dirigen a modelos de uso general como ChatGPT, Grok -de la plataforma X, envuelta en polémicas por la difusión de mensajes extremistas- o Gemini, de Google.
Este código no es vinculante. Las empresas que lo firmen tendrán una «carga administrativa reducida» al demostrar su cumplimiento con la legislación europea, según la Comisión.
La futura norma,conocida como «IA Act», ha generado críticas en el sector tecnológico. Google reiteró ayer que estas reglas «corren el riesgo de ralentizar el desarrollo de la IA en Europa».
La Comisión Europea, entretanto, mantiene su calendario: entrada en vigor el 2 de agosto y la mayoría de obligaciones, dentro de un año. El objetivo es limitar los abusos sin frenar la innovación, con requisitos proporcionales al nivel de riesgo.

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