04 MAY. 2025 SALUD Déficits nutricionales más habituales Los déficits nutricionales en nuestra población son más habituales de lo que pensamos. La dietista-nutricionista de 7K asegura que varios estudios han detectado que en nuestro organismo faltan nutrientes importantes como hierro, yodo y vitamina C, lo que puede tener consecuencias. (Getty) Xandra Romero Por mucho que pensemos que nos cuidamos y que a estas alturas tenemos suficiente información de cómo hacerlo, lo cierto es que resulta bastante frecuente que muchas personas tengan alteraciones significativas en sus analíticas sanguíneas que, en ocasiones, por ser precisamente comunes, no reciben la importancia que tienen. En este sentido, el órgano pertinente, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), lleva años advirtiendo de las ingestas insuficientes de ciertos nutrientes por parte de la población. Y es que han sido varios estudios los que han puesto de manifiesto que, a nivel europeo y estatal, tenemos serios déficits de nutrientes clave como son el hierro, el yodo y la vitamina D, principalmente. El déficit de hierro, mineral clave en el transporte del oxígeno a través de nuestra sangre, se da en un 25% de la población mundial según datos de la Organización Mundial de la Salud, y esto es la causa principal de la anemia. Los síntomas habituales son el cansancio, debilidad, sistema inmune debilitado y una menor actividad mental. En segundo lugar, encontramos el déficit de yodo, mineral fundamental para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, que es responsable no solo de la regulación de las hormonas tiroideas, sino que estas regulan prácticamente todo nuestro metabolismo. Según la evaluación llevada a cabo por el Ministerio español de Sanidad y la AECOSAN, el déficit de yodo (entre el 21% y el 34%, según género y edad) es considerado un problema sanitario grave, especialmente en mujeres en edad fértil. Por último, como sociedad estamos bajo mínimos en la controvertida vitamina D. ¿Por qué es controvertida? Porque en muchas ocasiones el mensaje que recibimos es que para obtenerse basta con la exposición solar y esto no es estrictamente así. Aunque también podemos metabolizarla gracias al efecto de los rayos solares en nuestra piel, no lo hace con la eficacia ideal. Además, muy pocos alimentos la contienen en cantidad suficiente y los que la contienen a menudo son consumidos en su versión 0% grasas, lo que, siendo una vitamina liposoluble, esto es, presente en la grasa, hace que su ingesta sea aún menor. Esta vitamina ayuda a nuestro organismo a absorber el calcio, pero también es vital para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, muscular e inmunitario. En vista de esto, una conclusión que puede extraerse es que cada vez estamos más preocupados por comer “saludable”, pero quizá no estamos debidamente informados de qué es exactamente estar bien y suficientemente nutridos. Cabe hacerse esa pregunta...