23 NOV. 2025 PANORAMIKA Voz La exposición «Amazonias. El Futuro ancestral» reúne en el Museo San Telmo obras de un amplio elenco de especialistas en la cultura amazónica. (Gorka Rubio | FOKU) Iker Fidalgo {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} El director de cine Jean Luc Godard, conocido por ser uno de los símbolos de la Nouvelle Vague y por su implicación política, y fallecido en 2022, explicaba en un pequeño texto titulado “¿Qué hacer?” la diferencia entre hacer filmes políticos o hacer filmes políticamente. El cineasta distinguía entre el contenido y las formas, explicando que puede hacerse una película de corte político pero que no tendrá sentido si no se realiza siguiendo esos principios. De esta afirmación podemos interpretar que la verdadera potencia política reside en cómo hacemos las cosas, cómo nos comportamos con nuestros semejantes, de qué manera se distribuye el trabajo o cómo cuidamos el entorno en el que nos desenvolvemos. Entender que lo verdaderamente revolucionario reside en cada gesto cotidiano más allá de un gran resultado lleno de intenciones. La exposición que reseñamos hoy aporta precisamente ese valor, huyendo de visiones paternalistas y colonialistas e intentando ceder la voz a aquellas personas que forman parte del contexto al que pertenecen. A finales del pasado mes de octubre, el Museo San Telmo de Donostia inauguró “Amazonias. El Futuro ancestral”, un proyecto expositivo desarrollado junto al CCCB de Barcelona, que llega a la capital guipuzcoana hasta mediados del próximo mes de abril. Leyendo el título pudiera parecer una muestra más en la que se nos enseña la belleza exuberante de la naturaleza amazónica y su paisaje desbordante. Una típica muestra divulgativa e inocua que ofrece, de nuevo, una óptica exotizadora occidental que nunca acaba por ahondar en el compromiso total por igualar los espacios de escucha entre ambos lugares. Pero para nuestra fortuna, el planteamiento nada tiene que ver con esto. En la exposición, el protagonismo recae sobre un amplio elenco de artistas, artesanas, activistas y voces autóctonas especializadas en el arte, el pensamiento o el análisis de la cultura amazónica. Para ello, se sirve de una propuesta comisarial que divide el contenido presentado en cuatro capítulos: “El mensaje de las raíces”, “Un árbol hecho de agua”, “Bonanzas voraces” y “Somos un tejido”. La exposición cuenta con un gran número de firmas que componen un universo de piezas multidisciplinares. La instalación audiovisual, la fotografía, la pintura, la ilustración, obras arqueológicas y una interesante compilación de textos pretenden mostrar de manera colectiva algunas de las cuestiones más relevantes de una cultura, la amazónica, bajo la que se incluyen nueve países, 30 millones de personas, 400 pueblos indígenas y unas 300 lenguas. Después de una primera parada en Barcelona, llega hasta Donostia, invitándonos a formar parte de una cosmovisión ajena a la cultura occidental que nos ayuda a situar en el centro la voz que verdaderamente tiene derecho a ser escuchada.