04 OCT. 2015 CINE «Born to Be Blue» MIKEL INSAUSTI {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Ha sido una de las grandes sensaciones en el Festival de Toronto, cita cinematográfica que se está convirtiendo en la antesala de los premios anuales, así que a nadie le extrañe que “Born to Be Blue” empiece a llamar a las puertas de los Oscar. La crítica ha hecho encendidas alabanzas tanto de la interpretación estelar de Ethan Hawke, como de la dirección a cargo del canadiense Robert Budreau. Todos coinciden en que la película está a la altura del carismático personaje retratado, gracias a que no se trata de un biopic al uso, sino de una semblanza viva del mítico trompetista de jazz Chet Baker. Y no lo tenían fácil, porque la figura de Chet Baker es objeto de culto y con respecto a su memoria musical, no se admiten tonterías, ni sensacionalismos que la hagan de menos. Además, existen un par de precedentes cinematográficos que, cada uno en su estilo, van muy ligados a su historia. En primer lugar está “All the Fine Young Cannibals” (1960), también conocida como “Los jóvenes caníbales” y que fue protagonizada por Robert Wagner a las órdenes de Michael Anderson. No es una película musical, sino un melodrama muy de Hollywood que se interesa más por el artista bohemio al que le enloquecían las mujeres y los coches. En cambio, “Let’s Get Lost” (1988) es considerado como uno de los mejores documentales musicales de todos los tiempos, aparte de contar con la participación directa de Chet Baker hasta que su muerte le impidió ver el montaje acabado. Recientemente fue repuesto y pudo ser visto en salas de cine, aumentando la consideración que se tiene de este laborioso trabajo en blanco y negro del fotógrafo Bruce Weber. El tema que se ha escogido para dar título a la película es una canción original de Mel Tormé, compuesta en 1946 y que hizo muy popular Ella Fitzgerald. Es posible que Baker no tuviera suficiente voz para interpretarla, pero conseguía darle un aire tan profundamente triste que llegaba a su verdadera esencia melancólica. Oírle cantar “Born to Be Blue” resultaba tan desgarrador como cuando hacía lo propio con “My Funny Valentine”, que era su estándar favorito. Hablo de su faceta de cantante, porque era un poco su manera de traducir con palabras lo que expresaba con la trompeta de forma mucho más sobrecogedora. Las imágenes de la película están igualmente impregnadas de esos oscuros tan sensibles, de esa poesía de la autodestrucción que él plasmó como nadie. La aproximación del canadiense Robert Budreau al músico de Oklahoma tiene más mérito, porque se trata tan solo de su segundo largometraje, procediendo su experiencia del mundo del cortometraje. Ya le había dedicado una pieza corta en “The Deaths of Chet Baker” (2009) y el éxito de “Born to Be Blue” parece haberle dado impulso para adaptar nada menos que una novela negra de Dennis Lehane en su inmediato proyecto “Consumers”. Por lo tanto, atención a este cineasta, cuyo duro rostro recuerda precisamente al de Chet Baker, incluso más que el de Ethan Hawke, cuyas facciones se corresponden más con las del trompetista en su etapa inicial. No obstante, el actor se mete de lleno en la trayectoria vital que el personaje siguió en los años 60. La acción se inicia a comienzos de aquella década, cuando en una de sus giras europeas fue encarcelado en Italia, para explicar cómo fue capaz de sobreponerse siempre a esos problemas, prevaleciendo su talento innato. Luego pasa al fatídico año de 1966, con la paliza que sufrió y le produjo graves lesiones en la boca, lo que le obligó a cambiar la embocadura de la trompeta y a reaprender a tocar el instrumento de otra manera. Y todo ello como consecuencia de su adicción a la heroína, que comparte con la pasión que siente por la mujer interpretada por la actriz afrobritánica Carmen Ejogo. Dizzie Gillespie es interpretado por Kevin Hanchard y Miles Davis por Cedar Brown.