04 OCT. 2015 MUSICA La Luz GOTZON URIBE {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Todo apunta a que la hora de La Luz está llegando. El cuarteto de Seattle acaba de publicar un nuevo disco producido por Ty Segall, que se erige en líder de una generación de músicos que tienen el pop como esquema principal. Para la mayoría, haber tentado a la muerte hubiera sido suficiente motivo para dejarlo, pero La Luz ha encontrado algo diferente en ella: la resiliencia. Sobrevivieron a un accidente de tráfico poco después de haber lanzado su disco de debut en 2013 y a pesar de aquel trauma, volvieron a la carretera para viajar con una frecuencia incansable. Tras un año y medio, la banda logró llevar su música a mayores audiencias y allá por donde pasaban, el público se quedaba perplejo y la bola se iba haciendo más grande. Los solos de guitarra de la líder Shana Cleveland fueron adquiriendo mayor calidad y las líneas de bajo de Lena Simon se mutaron en más ágiles y elásticas. Los saltos desde el escenario y el crow-surfing entre la audiencia han sido una constante en sus conciertos. Cuando llegó el momento de grabar “Weirdo Shrine”, su segundo álbum y que fue publicado el pasado 7 de agosto, el principal objetivo era captar la energía en vivo del grupo para trasladarla al disco. A principios de 2015, las chicas se fueron a una tienda de surf en San Dimas, California. Y allí, con la ayuda del productor Ty Segall, tuvieron clara cuál era su misión. La mayor parte del disco se grabó en habitaciones compartidas. La Luz optaron por dejar atrás las tensiones que tuvieron que soportar por el accidente y plasmar en sus nuevas canciones estimulantes melodías y ritmos fértiles para cargarlas de un toque psicodélico del todo placentero. Solos de guitarra de Cleveland cargados de fuzz, toques de surf y sonido americana. El órgano de Alice Sandahl y la batería de Marian Li Pino conceden un peso y una dimensión extra a las canciones. El resultado es una evolución natural en un estilo que el propio grupo autodefine como “surf noir”, una secuela musical en la que La Luz traza un estilo más crudo y hermoso, con temas que muestran la soledad, el enamoramiento, la obsesión y la muerte a través de once canciones que resultan un placentero y balsámico viaje musical. Para Ty Segall, el nuevo disco de La Luz es como la visión de un mundo ardiendo en colores que nunca antes había visto, con unos textos en los que la influencia del novelista beat Richard Brautigan está muy presente. Y con un sonido y unas canciones vibrantes, cálidas y llenas de una visión caleidoscópica saturada y cinematográfica de la vida. El martes 13 de octubre estarán actuando en el Kafe Antzokia de Bilbo en su único concierto en Euskal Herria. CD AIPAGARRIA Varios “Dj Bongohead Presents... Big Box Of A Afrosound” • Vampisoul-Munster, 2015 •&flexSpace;Sonido caribeño Una caja de diez singles con un tratamiento y diseño exquisitos. El origen está en Colombia, en el antiguo sello Discos Fuentes y su labor de publicar artistas que tenían los sonidos tropicales como referencia. La colección ha estado dirigida por el dj y especialista en música latina Pablo Yglesias –Bongohead–, responsable también de la serie que ha ido publicando el sello inglés Rough Trade. Es la continuación del recopilatorio “The Afrosound Of Colombia” y aquí encontramos auténticas rarezas tropicales de grupos como Tita Duval, Fruko y sus Tesos, Sexteto Miramar o Los Teen Agers, entre otros. Artistas que en su momento supieron adornar la música caribeña con las influencias llegadas del continente africano.