03 ENE. 2016 moda en auge Bandas tributo. El revival está de moda El tributo a determinados artistas o grupos de música viene de lejos, aunque es en el último lustro cuando se ha hecho un hueco en la música en directo en la escena vasca. Para intentar encontrar el origen de esta tendencia, hemos recurrido a una de las voces más autorizadas en este país para tratar el panorama musical, ya que lo ha seguido minuciosamente durante décadas. Hablamos con Pablo Cabeza, periodista de GARA que también trabajó en su día en egin, además de otros muchos medios. Manex Altuna {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Tal y como señala Pablo Cabeza, «desde hace más de tres décadas se han editados tributos discográficos de un artista hacia otro. Empezaron, según mi apreciación, los estadounidenses, siguieron los ingleses y los tributos grabados se generalizaron. En ocasiones eran muchos artistas tributando a un ejemplo de músico, vivo o muerto». Cabeza señala que Depeche Mode, por ejemplo, cuenta con cerca de una decena de álbumes recopilatorios con diferentes grupos que les versionean y añade que Pink Floyd, los Beatles, Led Zeppelin, los Stones… son otros de los clásicos en este tipo de revisiones homenaje. En Euskal Herria también se cuenta con numerosos precedentes como el disco «Txerokee. Mikel Laboaren kantak» publicado en 1990. Tras los tributos discográficos, se pasó a algo «más sugerente o, cuando menos, más peculiar: que un artista tocara en público el disco completo de otro artista». «Esta variante la han realizado tanto formaciones de envergadura como fans», explica. Estos serían los antecedentes de la actual oleada de bandas tributo que comienzan a popularizarse en el mundo anglosajón en la década de los noventa. Nadie acierta a señalar cómo ni dónde empieza este fenómeno, aunque en la wikipedia se cita a The Bugss, banda tributo a The Beatles en los años sesenta. En este sentido, también apuntan a los imitadores de Elvis Presley que comenzaron en los cincuenta copiando su vestimenta y canciones como preludio. Las bandas tributo se crean con el objetivo de interpretar obras de grandes artistas y lo cierto es que existen desde hace décadas. Consisten en formaciones que emulan a las originales. Algunas, además de copiar las voces y sonoridades, también buscan imitar una puesta en escena que recuerde al público las actuaciones del grupo al que se rinde homenaje. Unos de los más reconocidos en el panorama internacional son el tributo a Queen de los argentinos God Save The Queen / Dios Salve a la Reyna. Con una gran reputación, realizan giras internacionales actuando ante miles de seguidores. Su éxito llega a tal punto que en foros en internet se debate sobre si su líder, Pablo Padín, vivo retrato de Freddie Mercury, ha pasado por la ortodoncia para exhibir una dentadura tan espectacular como la de su ídolo. Este tipo de tributos a lo grande suelen contar con el beneplácito de las bandas originales y son catalogadas como «oficiales». Pablo Cabeza explica que este rango se lo dan por el valor de lo que se ofrece e «imagino, sospecho, que por lo que les toca a repartir, cuando menos por derechos de autor». «En Euskal Herria, en Iruñea, Ian Anderson, de los históricos Jethro Tul, dio el visto bueno y las gracias a Un Tal Jethro», señala. Está también el caso de los catalanes Please, tributo a U2, que la discográfica Universal contrató en 2005 para que promocionaran un disco de los irlandeses en el Estado español. Un «boom» evidente. «Eventos a medida, una cena con los Beatles o tu cumpleaños con Elvis, tú decides ¿qué necesitas?». Así se anuncia en su web Beba 33, una de las principales agencias de contratación de bandas tributo en el Estado español. Manejan un amplio catálogo con todo tipo de bandas tributo y estilos musicales, con clásicos del panorama internacional como los Rolling o Beatles y hasta se puede encontrar a Manel Fuentes. El conocido presentador de radio y televisión canta en una banda tributo a Bruce Springsteen. Abbey Road, el tributo a la mítica banda de Liverpool es uno de los grupos que representan, llevan más de 25 años en la carretera y se pasarán este mes por el Kafe Antzokia de Bilbo (22 de enero) y la sala Jimmy Jazz de Gasteiz (23 de enero). Aparte de ofrecer la actuación en directo, estos clones de los Beatles también llevan a cabo diferentes actividades para los niños antes de los conciertos. Iker Arroniz, responsable de la programación en la sala Jimmy Jazz de Gasteiz, explica que, en su opinión, las bandas tributo «son como una verbena del siglo XXI, un plan de cuadrilla para una noche de fiesta y pasarlo bien». Arroniz comenta que en los últimos años, mientras las verbenas han ido cayendo en las fiestas de pueblos y barrios, los tributos van ganando en popularidad y apunta a otro factor: «Los padres rockeros llevan a sus hijos a los tributos para que vean música en vivo». Gotzon Uribe, responsable de programación del Kafe Antzokia de Bilbo y colaborador en 7K, destaca también que atraen a muchos músicos a los directos. «Cumplen su función lúdica de entretener. Si no se puede ver al grupo original, la diversión para muchos reside en ver la reinterpretación de esas canciones. Gusta mucho. Cuando una banda de tributo es realmente buena el público lo disfruta mucho». Uribe añade también otros factores sobre la proliferación de este fenómeno. «La dificultad de ver en directo a las bandas a las que se tributa como AC/DC, Metallica, Iron Maiden… o porque otros ya no existen Queen, Dire Straits, Pink Floyd, Michael Jackson… Los discos de estos grupos han estado en las casas de muchos aficionados al rock y al pop en general. Unido a esto, la gente busca un entretenimiento lúdico durante unas horas en directo. Poder corear las canciones, escuchar clásicos del pop-rock, evadirse de sus quehaceres diarios y disfrutar de las canciones que están dentro de la cultura popular de mucha gente». En febrero vendrán también los Smoking Stones, tributo a los Rolling (Bermeo, 26 y Gasteiz, el 27). El auge es evidente en las programaciones de salas, fiestas y hasta en festivales como el Resurrection Fest o Viña Rock que guardan un escenario dedicado específicamente a bandas tributo. La moda retro, lo vintage está de moda. Las tendencias mandan y el gusto por revival también se deja notar en la música con las bandas tributo. Cuanto más se asemejan al original, mucho mejor funcionan. Y si la banda ya no existe, aún mejor. Desde Gazteok Management Kultur Lanak, que llevan la representación de Beba33 por estos lares, explican que en la programación de las fiestas grandes, sobre todo en localidades de Ezkerraldea, guardan un día para los grandes bandas tributo que atraen a mucho público. Arroniz, de la Jimmy Jazz, añade que el «boom» es evidente en los últimos años y que existe un volumen de oferta «brutal», aunque matiza que «funcionan las bandas coherentes y atractivas». Prestigio y riesgo. Algo así puede decirse sobre los gallegos Brothers in Band, banda tributo a Dire Straits, que en diciembre estuvo en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia presentando su espectáculo dentro de una gira que les llevará por más de 30 ciudades por el Estado español y Europa. Interpretan los grandes éxitos de la banda inglesa entre los años 1978 y 1991, alcanzando un nivel de recreación tan alto que el propio Guy Fletcher, teclista de Dire Straits y Mark Knopfler desde 1984, llegó a confundirles con el grupo original en un concierto celebrado en Granada. Ese reconocimiento de los originales es una de sus cartas de presentación. Brothers in Band cuenta con una de las producciones más osadas de los escenarios y se lanzan a la carretera a llenar teatros y auditorios con aforos cercanos a las mil localidades, con una entrada media entre 22 y 35 euros. Oscar Rosende, alma mater del proyecto, recuerda que Dire Straits marcó su infancia y que con quince años comenzó a tocar la guitarra como músico autodidacta tratando de sonar como Mark Knopfler. La idea de la banda tributo no se plasma hasta 2008 en A Coruña, cuando dieron el primer bolo con cuatro músicos. Con ganas de crecer y la ambición por bandera, se han convertido en una formación que ahora sale de gira con nueve músicos y seis técnicos. En 2016 van a girar por primera vez por Europa actuando en grandes recintos en Berlín o París, como el mítico Olimpya donde actuó Bob Dylan. Rosende explica que Brothers in Band «es una banda profesional 100%. No se trata solo de vivir de algo, sino de la actitud, de lo que quieres desarrollar y en cómo te comportas». «Estamos en un momento dulce y salimos a lo grande por Europa. Nuestro mercado está fuera ya que hacemos algo aterritorial y atemporal», afirma Rosende. El proyecto de Brothers in Band no está impulsado por ninguna multinacional y son ellos mismos los que gestionan el management del grupo y salen de gira arriesgando a taquilla. «Nadie lo va a hacer con más corazón», señala. Frente a otros tributo que buscan también parecerse físicamente a los originales, Brothers in Band trata de buscar sonoridades. «Somos actores, intérpretes musicales, como una orquesta sinfónica del siglo XXI», define Rosende. Asimismo, destaca que los tributo no frenan el mercado de la música ya que «cada banda enfoca su futuro como quiere» y destaca que en Brothers in Band «intentamos darle prestigio» al tributo. «Contamos con gente formada musicalmente, con licenciados en jazz», indica. Mayor rentabilidad. Con el objetivo de revivir en directo canciones que marcaron una época en Euskal Herria, Vitamin Producciones ha organizado la gira ‘Esto no es Rock Radikal Vasco’ pasando por distintas salas durante el mes de noviembre y diciembre. Miguel Daniele, responsable de esta promotora, relata que se ha basado en un formato lleno de contenido audiovisual y musical. Como hilo conductor han contado con Josu Korkostegi, de Parabellum, que relataba sus vivencias y la razón por la que se etiquetó a los grupos dentro del movimiento Rock Radical Vasco. El espectáculo ha contado con tres bandas tributo en activo como Hijos de tu iglesia (tributo a La Polla Records), Los demenciales chicos acelerados (Eskorbuto) y Aizu! (Kortatu). Estos últimos, originarios de Madrid, coinciendo con el 25 aniversario de “Azken guda dantza” se lo prepararon entero y lo tocaron al completo sin tener ni idea de euskara, memorizando todas las letras. Daniele señala que el proyecto nació con el objetivo de «recuperar algo super bonito que nos ha tocado de cerca y que algunos lo tienen como intocable o como si hablases de herejía. Se trata de una excusa para recordar nuestra historia cultural reciente, valorizarla y acercársela a un público que, por edad o cercanía, no ha podido disfrutarla. Le dimos forma, y lo hemos tratado muy delicadamente». Sobre la opción de decantarse por las bandas tributo dice que «sinceramente, son más rentables económicamente no solo a la hora de pagar cachés, sino a la hora de convocar público». «Lo cierto es que está teniendo más éxito una banda tributo que una nueva formación o incluso bandas que ya llevan dos o tres discos», reconoce Daniele, aunque también añade que «es un circuito que empieza a estar saturado y se va quemando, pero se ve inclinación por ellas y se han hecho un sitio». En busca de diversión. «Se puede pensar que quienes tributan desde Euskal Herria a Kortatu, La Polla, Barricada, Extremoduro, Platero y Tú… son músicos que, en el fondo, se identifican con los artistas y sus canciones. Hay un punto de admiración y de rendimiento ante la obra. Me parece bien que proliferen, creo que pasas un buen rato, que conoces en profundidad a un grupo si eres joven y que recuerdas con placer el pasado si ya eres mayorcito», valora Pablo Cabeza. Ese es el objetivo de Kolpatu, banda tributo a Kortatu, «pasarlo bien» tocando en directo y hacer disfrutar al público. Así surge este grupo en el barrio donostiarra de Antigua hace un par de años. Según cuenta Beñat Gartzia, Kortatu ha sido un referente musical para ellos y para muchos jóvenes vascos. Atraídos por la mezcla de ritmos ska, reggae y punk, se animaron a formar este grupo. «Son canciones conocidas y divertidas, muy apropiadas para tocar en directo», destaca. «Nos gusta mucho la música, pero cada componente del grupo tiene su vida y desde el principio tuvimos clara la dedicación que queríamos darle. El componer exige más tiempo y no buscábamos eso. A la semana, un ensayo y un concierto cada mes, es el ritmo que nos pusimos desde el inicio para matar el gusanillo musical», explica el joven donostiarra. La respuesta ha sido mejor de la que esperaban. Llevan una veintena de conciertos y han actuado en escenarios como el de Kaskagorri en Aste Nagusia de Bilbo, llenando el recinto, o en el EH Sona en Barcelona. Comenta que el caché que se han puesto es «barato», ya que no buscan «hacer negocio» sino no perder dinero. «Los beneficios se dedican a cubrir gastos, gasolinas, peajes, alquiler de una furgoneta para cada concierto, local de ensayo, el desgaste de los instrumentos musicales…. todo esto no es gratis y si sobra para hacer una cena, pues mejor», afirma. En Kolpatu son conscientes de la polémica o críticas que se hacen a estas bandas, aunque manifiesta que «no le veo ningún sentido al debate. Nosotros creamos el grupo para pasárnoslo bien sin dedicarle demasiado tiempo, no somos creadores, ¿qué hay de malo?, ¿cuál es el problema?». Asimismo, añade que «no creo que con un grupo propio hubiéramos conseguido llenar Kaskagorri o tener la oportunidad de ir a tocar a Barcelona». Polémicas y críticas. Lo cierto es que el fenómeno de las bandas tributo ha estado envuelto en polémicas con demandas por parte de discográficas y los propios artistas con algún que otro encontronazo. En 2005, la banda tributo Beatallica fue denunciada por Sony por interpretar canciones de los Beatles al estilo Metallica. Gracias a la ayuda del batería de Metallica, Lars Ulrich, ganaron la batalla legal y siguen girando a día de hoy. Bon Jovi también se querelló en 2009 contra la banda tributo femenina Blonde Jovi por infringir los derechos de copyright y tuvieron que modificar el nombre temporalmente a Blonde Jersey, hasta volver a recuperarlo y desaparecer. En 2010 Universal se querelló contra los clones que empleaban el nombre del grupo sueco ABBA. Querían monopolizar «la marca ABBA», pero los tribunales no les dieron la razón. En Euskal Herria también ha habido conflictos como cuando Extremoduro instó a la suspensión de un concierto de bandas tributo en el Kafe Antzokia de Bermeo en 2014. La organizadora del festival Kalimotxo Rock, Producciones Salvajes, anunciaba una noche de fiesta con tributos a Extremoduro, Marea y Platero y Tu y se vio obligada a suspender el concierto al recibir una llamada por parte de los representantes legales del grupo que alegaron «un uso indebido del nombre de la banda» en la publicidad. En los carteles aparecía el nombre de las bandas originales en más grande que el nombre de los grupos tributo. Asimismo, son muchos los músicos y aficionados a la música que critican el auge de estas bandas. Existe un debate en el que se les achaca buscar solo réditos económicos, se les acusa de falta de creatividad e incluso de impedir que bandas noveles se den a conocer en un escenario en el que cada vez resulta más complicado hacerse un hueco. «No soy contrario ni me apasiona la idea. Pero si los grupos de verbena pueden realizar su noche de fiesta con todo versiones y nadie se ha quejado en cuarenta años de verbenas, me parece que los tributos no están muy lejos de la idea», señala Pablo Cabeza. En cuanto a la incidencia que puedan tener en un futuro, afirma que «el problema, en todo caso, es que los tributos eliminen de los programas de fiestas a músicos que apuestan por un proyecto personal, de canciones propias. Como me preocupa que muchos ayuntamientos estén sustituyendo a los grupos de verbena y a quienes no lo son con DJs. Es una opción muy barata y a mucha gente, con tal de que les pongan música alta y bailonga, les da igual el trasfondo». Así y todo, cree que «no se cuenta con el número suficiente de grupos vascos de peso como para que la oferta aumente mucho. No me imagino a nadie tomando el relevo a Oskorri ahora que se han disuelto. No veo posible una réplica a Gatibu, Ken 7,… Retomar a Tijuana in Blue sería un fracaso, como no iría bien con RIP, Cicatriz –la revisión del hermano de Natxo Cicatriz es otra cosa–, Itoiz, Tahúres Zurdos, Benito Lertxundi, Mikel Laboa, Hertzainak, Eskorbuto, Errobi, S.A., Negu Gorriak… Me da que hay muchos prejuicios y que asimismo las nuevas generaciones no sienten con la profundidad de antaño y que los veteranos ya tienen bastante con los hijos o la tele. A medio y largo plazo, intuyo que internacional y peninsularmente el goteo va a continuar, pero entre nosotros, creo que va a ir a menos». Gotzon Uribe opina que «hay público para los diferentes formatos de directo. Los grupos tributos que son realmente buenos y hacen una buena interpretación de las canciones tienen recorrido y tienen muchos seguidores. Otros que no son tan buenos desaparecerán». «La lógica de la oferta y la demanda la regula el propio público», asegura. El promotor de Vitamin Producciones Miguel Daniele también señala que el «público tiene la última decisión» pero añade otra variante. «Todo se resume a cómo va el país culturalmente un poco a la deriva. No hay subvenciones para la música, financiación, etc. La gente prefiere pagar una entrada de una banda tributo a una banda novel o gente que no lleva largas carreras. Así que estas bandas que no tienen mucha convocatoria, se embarcan en segundos proyectos y crean una banda tributo que le lleva a tener más éxito que su proyecto original». Daniele entiende que las bandas tributo «seguirán existiendo y es totalmente respetable, pero lo que tiene que cambiar para que se genere más repercusión es que el público asista a más conciertos en salas apoyando a bandas pequeñas, que se acabe lo de ‘la cultura del todo gratis’ o la ley del ‘mínimo esfuerzo’ y que broten más los valores. Así de esta manera habrá muchos más proyectos interesantes».