27 MAR. 2016 CINE «Assassin’s Creed» MIKEL INSAUSTI {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} La mayoría de jóvenes cineastas actuales no entienden ya de conceptos diferenciados como cine de autor o de género, sino que están abiertos a una idea mucho más amplía del audiovisual que les permite utilizar todo tipo de técnicas y de lenguajes. Además, vivimos en la era de la globalización y la multiculturalidad, en la que coexisten realidades espaciotemporales más complejas que nunca. De todo eso se hace eco “Assassin’s Creed” en su adaptación cinematográfica a cargo del emergente realizador australiano Justin Kurzel. Después de maravillar en el Festival de Cannes a la crítica especializada con su versión de “Macbeth” (2015), se pasa de un clásico de la literatura universal a la recreación de un videojuego. No pueden existir puntos de partida más opuestos y lo único que une a ambos proyectos es que repite con la pareja estelar formada por Michael Fassbender y Marion Cotillard. Eso y que el videojuego de Ubisoft posee en origen una ambientación medieval que ahora la película combina con otra dimensión paralela en el tiempo presente. Solo han pasado un par de meses desde la finalización del rodaje de “Assasin’s Creed” en tierras almerienses, cuyas localizaciones naturales iban a ser combinadas con otras de Londres y de la isla de Malta. En Almería filmaron en Tabernas, el mítico escenario del «spaghetti-western», además de en la sierra Alhamilla de Pechina y en el Parque Natural de El Cabo de Gata-Nijar. Y la fiesta de fin de rodaje fue sonada, ya que trascendió a la prensa en sus páginas de sucesos. El equipo quería seguir la celebración negándose al cierre del bar del hotel, lo que generó un considerable tumulto con intervención policial y varios heridos. Quiere esto decir que estos profesionales de la industria del cine se habían imbuido del espíritu de las batallas medievales y queda claro que en ese momento lo vivieron de lleno. Si el videojuego persigue un efecto hiperrealista, no cabe duda de que la película lo puede superar. No sé si la fiesta en cuestión habrá hecho subir el presupuesto definitivo de esta gran producción de la multinacional Sony, cuyo estreno mundial se anuncia para la temporada navideña, pero diversas fuentes consultadas no se ponen de acuerdo, oscilando entre los 125 millones de dólares anunciados inicialmente y otras valoraciones posteriores que lo sitúan entre los 150 y los 200. El caso es que el proyecto había arrancado con el propio Michael Fassbender implicándose en la producción, pero luego han tenido que entrar en ella productores asentados en Hollywood como Arnon Milchan y Frank Marshall, socio de Steven Spielberg. Por no decir que la compañía Ubisoft, propietaria del videojuego, tiene una importante participación de cara a la explotación de la película. Con la escritura del guion, el proceso ha sido similar, porque al primer libreto de Michael Lesslie le siguió una reescritura por parte del veterano Scott Frank, que no iba a ser la última, una vez que el director Justin Kurzel confió su acabado a Adam Cooper y Bill Collage. Se han necesitado tantas manos porque la versión cinematográfica quiere ampliar el universo del videojuego, combinando la ambientación original en el siglo XV con el tiempo presente. Esa conexión es posible gracias a un experimento de Abstergo Industries, que permite el acceso a los recuerdos genéticos. Y es así como el protagonista descubre la existencia de un antepasado suyo en tiempos de las Cruzadas que se enfrentó a los templarios como miembro de la organización secreta de los Asesinos, actividad prolongada hasta nuestros días. El reparto estelar encabezado por Michael Fassbender y Marion Cotillard se completa con Jeremy Irons, Brendan Gleeson, Brian Gleeson, Arian Labed, Michael Kenneth Williams, Mohammed Ali, Javier Gutiérrez y Carlos Bardem.