Tiempo

Cuando en 1966 la galería Barandiaran de Donostia presentaba el manifiesto fundacional de GAUR, aquel colectivo formado por Eduardo Chillida, Amable Arias, Jorge Oteiza, Rafael Ruiz Balerdi, Remigio Mendiburu, Néstor Basterretxea, José Antonio Sistiaga y José Luis Zumeta lanzaba un grito conjunto en medio del aislamiento cultural provocado por la dictadura franquista, como un anhelo de conexión con el mundo exterior y la recuperación del diálogo con la vanguardia internacional. A pesar de la escasa duración del grupo, se convirtieron en referente internacional y dotaron al “arte vasco” de una personalidad identificable y de una destacable influencia en el paisaje del arte contemporáneo. En este 2016 se cumplen 50 años de aquella primera exposición y son varias las actividades que salpicarán estas páginas con motivo de tal celebración. Si hace unas semanas se cerraba en el museo de Bellas Artes de Bilbo una mediocre exposición sobre este aniversario, hoy se antoja como última oportunidad para disfrutar de una propuesta muy sugerente en San Telmo Museoa de Donostia.

1966/Gaur konstelazioak/2016 es el proyecto que la capitalidad europea ha apadrinado con motivo del mencionado aniversario. En esta muestra encontramos diversas piezas de los artistas que conformaron el colectivo y que proponen un acercamiento a la producción de sus componentes desde un punto de vista individual, pero que se amalgama bajo la identidad común de GAUR.

Uno de los aciertos de la propuesta es, sin duda, la vinculación con una serie de artistas actuales como complemento al espacio principal. Txomin Badiola, Bojan Fajfric, Goldschmied & Chiari, Iratxe Jaio + Klaas van Gorkum, Eugenio Ortiz, PSJM, Avelino Sala y Azucena Vieites componen un abanico de creaciones que dialogan en este encuentro 50 años después, con realidades nacionales diversas pero lanzando hilos que conectan medio siglo de creación contemporánea mediante una reminiscencia tangible y presente.

También hoy cierra la exposición de la artista navarra Dora Salazar (Altsasu 1963) en la sala Menchu Gal de Irun. La muestra, que lleva por título “Venus, princesas”, se compone de una serie de piezas que versan en torno a la apariencia del cuerpo de la mujer, los roles y los condicionamientos sociales, así como el inexorable paso del tiempo que hace del cuerpo un espacio mutable y en constante cambio. Las doce piezas que conforman la colección (4 figuras a escala humana, 2 torsos, 4 caras o máscaras y 2 piezas más en vitrinas) recuerdan en algunos aspectos al proyecto que la misma artista presentó en 2013 en el Koldo Mitxelena de Donostia bajo el título “Entrelazar”. Por lo tanto, estamos ante una nueva oportunidad de apreciar la constancia de su producción así como la vigencia y la coherencia de su creación.