24 JUL. 2016 MUSICA William Tyler GOTZON URIBE {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Modern Country” es el cuarto álbum del guitarrista y compositor William Tyler y su primer disco grabado fuera de su ciudad natal, Nashville. Le acompaña un grupo de lujo formado por el multiinstrumentista Phil Cook (Hiss Golden Messenger, Blind Boys Of Alabama), el bajista Darin Gray (Jeff Tweedy, Jim O’Rourke) y el percusionista Glenn Kotche (Wilco). El disco se registró en los estudios April Base de Eau Claire (Wisconsin) y fue terminado en Nashville. En su anterior álbum, “Impossible Truth”, encontrábamos a un Tyler que exploraba al máximo sus habilidades como guitarrista y compositor, siguiendo la senda abierta por sus venerados Leo Kottke y Brian Wilson. Era una colección de canciones de cariz épico, en las que la psicodelia y el folk marcaban el ritmo. En contraste, en su nuevo álbum vemos a un Tyler más melódico, y los deambulares etéreos de su anterior trabajo desaparecen aquí para dar paso a unas canciones delicadas y cargadas de belleza. Es difícil hablar de pop cuando las escuchamos, porque Tyler lleva el género más allá: profundiza y expande sus temas que están más cerca del espíritu de Neu!, Penguin Cafe Orchestra o Bill Frisell. Este es un trabajo instrumental escrito a lo largo de un año sabático en Oxford (Mississippi), en el que William Tyler estuvo alojado en la casona de un amigo de la familia, muy cerca de la casa donde vivió William Faulkner. “Modern Country” es una colección de canciones acerca de una América diferente, esa que existe en carreteras secundarias, en pequeños y olvidados pueblos, en los campos sombríos, en los viejos moteles y restaurantes de carretera abandonados. Mediante sus canciones, Tyler nos ofrece un bálsamo, y la calma y sosiego necesarios para los tiempos llenos de ansiedad en los que vivimos. El álbum comienza con una simple melodía de ocho compases, trazada con una guitarra eléctrica que puede parecer familiar y nos remite al tema que Bob Dylan grabó para la película de Sam Peckinpah “Pat Garrett and Billy The Kid”. Unas notas que evocan a un paisaje americano mítico, pero un paisaje moderno en la concepción de Tyler. Es un disco que podría funcionar como una banda sonora de una película de carretera, pero que no necesita cámaras o narración, es su propia película. Respecto a su trayectoria, William Tyler comenzó colaborando con Bonnie Prince Billy y girando con grupos como Lambchop y Silver Jews, para arrancar después su carrera como instrumentista. En 2010, publicó “Behold the Spirit”, su álbum de debut; un trabajo aclamado por la crítica. De hecho, Tyler atribuye los orígenes de su nuevo disco al country de los años 70 y al krautrock que escuchaba mientras estaba de gira y que le llevó a indagar en nuevas sonoridades. CD AIPAGARRIA Thee Oh Sees “Live In San Francisco” • Castle Face, 2016 • Rock Probablemente sean una de las bandas de garage-rock más queridas por los aficionados al género. El sello Castle Face, dirigido por el líder del grupo John Dwyer, presenta una colección de álbumes bajo el título de “Live in San Francisco”. Las referencias anteriores incluyen trabajos de Ty Segall, Fuzz, White Fence y OBN IIIs, entre otros. El pasado 1 de julio se publicaba el primer disco doble de la serie con Thee Oh Sees. Fue grabado a lo largo de tres noches en la sala The Chapel. El álbum viene junto a un DVD del concierto filmado por Brian Lee Hughes y representa a una banda en estado de gracia.