Entre el bien y el mal, el gozo y el vértigo

En esa frontera tan difusa existente entre el disfrute y el temor a romperse la cabeza, los chavales se balancean en este «ping» construido en Laliptur, en las afueras de Katmandú, uno de los muchos que se han levantado con motivo de Dshain. La mayor festividad religiosa hindú se celebra tanto en India como en Nepal y conmemora la victoria del bien –el dios Rama, ayudado por la diosa Durga– contra el mal –Ravana, uno de los dioses de los demonios–. Fiesta lunar, que depende de la luna llena, en Dshain se hace énfasis en las reuniones familiares y en la renovación de los lazos comunitarios... ¿y qué mejor metáfora de la comunidad que la fabricación y disfrute en común de estos enormes columpios? Es otra lectura de un antiquísimo juego infantil vinculado en Grecia a ritos dionisíacos y en las culturas agrícolas del Este europeo a ritos mágicos para la protección de las cosechas.