07 DIC. 2025 MÚSICA Snocaps (Lorne Thomson-Redferns | Getty Images) Gotzon Uribe {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} En el núcleo del proyecto Snocaps se encuentran las hermanas gemelas Katie Crutchfield y Allison Crutchfield, quienes reconstruyen aquí una alianza artística que se remonta a sus inicios en bandas como P.S. Eliot. Este nuevo proyecto surgió del deseo de trabajar juntas componiendo canciones como lo hacían cuando tenían dieciséis años. Tras haber seguido caminos paralelos -Katie como solista bajo el nombre Waxahatchee, Allison con Swearin’ y otros proyectos-, la iniciativa de volver a colaborar representa una mezcla de nostalgia, madurez y exploración. Es un nuevo proyecto que combina el legado de ambas hermanas. Un disco de indie-rock que recuerda a la banda de Allison y a los primeros trabajos de Katie. El álbum, titulado sencillamente de forma homónima “Snocaps”, se publicó de forma sorpresiva el pasado 31 de octubre. La producción recayó en Brad Cook, que produjo y casi íntegramente ingenió y registró las sesiones; además cuenta con la participación del multiinstrumentista MJ Lenderman. Ellos cuatro tocaron diferentes instrumentos a lo largo de la grabación, lo que acentúa la idea de un colectivo reducido y un círculo entregado a la creación. El álbum, que dura aproximadamente 33 minutos, se compone de una lista de trece canciones que se abre con “Coast” y se cierra con “Coast II”, pasando por títulos como “Heathcliff”, “Wasteland”, “Cherry Hard Candy” o “You In Rehab”. A nivel estilístico, en el disco se mezclan elementos del indie rock de Allison y la sensibilidad folk y punk de Katie, conjugándolos con guitarras incisivas, armonías cristalinas y una energía que se siente libre. Son unas canciones que sitúan a la obra en una intersección entre la urgencia juvenil de sus primeras bandas y la contención creativa de una pareja de compositoras que ya han recorrido varios caminos musicales. Son canciones que muestran un equilibrio entre movimiento -la carretera, la huida, la urgencia- y reflexión -la vulnerabilidad, los lazos familiares, las complicaciones personales-. Esto, junto con el hecho de que la grabación se presenta como una especie de reencuentro estilístico y personal de las hermanas, refuerza la atmósfera evocadora del álbum. Snocaps puede entenderse como un proyecto puntual y como un ciclo continuo en la vida creativa de sus integrantes. Para el melómano, este disco ofrece una ventana interesante: por un lado, reencuentra a dos autoras con trayectorias distintas que vuelven a encontrarse; por otro, lo hace sin grandes artificios, en un formato compacto, con una paleta sonora reconocible pero renovada. La producción cuidadosa de Brad Cook, la guitarra de Lenderman, y la química heredada entre las gemelas crean un conjunto que reafirma la idea de que, a veces, el “regresar a casa” no es retroceder, sino avanzar. “Snocaps” no es solo un nuevo disco de dos hermanas famosas dentro de la escena indie, sino una pieza que resume una historia personal y artística, materializada en formato de banda, con un sello que lo acompaña. Lorne Thomson-Redferns | Getty Images Keaton Henson Nacido en Londres en 1988, Keaton Henson, además de su faceta como cantautor, es artista visual, poeta y compositor. Ha creado obras clásicas, bandas sonoras y música para ballet. Abandona en su nuevo disco “Parader” la figura del “chico callado” que ha acompañado su trayectoria para abrazar los ecos grunge de su juventud. El cantautor británico, conocido por una obra marcada por la fragilidad emocional y el hermetismo, entrega aquí un álbum de 12 canciones que funciona como una autopsia íntima del paso del tiempo: fragmentos de memoria que emergen y se entrelazan con la mirada madura del músico que es hoy. Grabado desde una pulsión más cruda y directa, el disco destila melancolía, oscuridad y una frustración contenida que aflora en sonidos más grandes y ásperos.