14 DIC. 2025 KIROLA Luz roja, el nuevo aliado del rendimiento físico (Getty Images) Julio Pastrian Mendiola / Salto Training {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} En los últimos años, la ciencia del movimiento ha iluminado un nuevo camino hacia el bienestar: la terapia con luz roja, también conocida como fotobiomodulación. Lo que comenzó como un recurso médico para acelerar la cicatrización de tejidos, hoy se abre paso en el mundo del deporte como una herramienta eficaz para mejorar el rendimiento físico y la recuperación muscular. La luz roja utiliza longitudes de onda específicas capaces de penetrar la piel y llegar hasta las mitocondrias, los orgánulos celulares responsables de producir adenosín trifosfato (ATP), la molécula que alimenta nuestros músculos. Al estimular esta producción, la luz roja aumenta la energía disponible y favorece procesos regenerativos naturales, reduciendo la inflamación y el dolor post-entrenamiento. Pero, ¿qué ocurre cuando combinamos esta tecnología con la actividad física regular? El resultado es una sinergia poderosa. Ejercitarse con constancia fortalece el sistema cardiovascular, mejora el ánimo y optimiza la función cognitiva gracias a la liberación de endorfinas. Si a esto sumamos la fotobiomodulación, el cuerpo puede recuperarse antes, fatigarse menos y entrenar más eficientemente. Investigaciones publicadas en “The Journal of Biophotonics” muestran que la exposición a luz roja antes o después del ejercicio reduce significativamente la fatiga muscular y el daño oxidativo. También se ha observado un incremento en la resistencia aeróbica y en la fuerza máxima en deportistas sometidos a programas combinados de entrenamiento y luz roja. Más allá del alto rendimiento, su aplicación se expande a personas activas de cualquier edad. La luz roja mejora la circulación, estimula la síntesis de colágeno y puede aliviar molestias articulares leves, ayudando a mantener una vida activa con menos dolor y más vitalidad. Eso sí, la clave está en la constancia y la moderación: sesiones cortas, de pocos minutos y con dispositivos certificados. El futuro del movimiento parece “teñirse” de rojo. Y no por moda, sino porque la ciencia demuestra que moverse y brillar puede ser, literalmente, la fórmula natural para mantenernos fuertes, energéticos y saludables.