Mikel ZUBIMENDI

Gran victoria de Clinton en Carolina del Sur, impulso clave para el «Supermartes»

En vísperas del «Supermartes», donde votan 12 estados y se eligen 800 delegados, Hillary Clinton consiguió una victoria arrolladora en Carolina del Sur, un estado mayoritariamente afroamericano. Con su triunfo inapelable, Clinton alarga su momento, gana en confianza y se presenta con mayor fuerza ante la cita desisiva de mañana.

Tras el empate técnico de Iowa, una derrota clara en New Hampshire y una victoria por estrecho margen en Nevada, Hillary Clinton necesitaba un triunfo sólido de cara al «Supermartes». Y el que ha conseguido en Carolina del Sur –casi 50 puntos de diferencia, 73,5% por 26% de Sanders– es más grande y más contundente que el que ella misma nunca imaginó.

En un estado comparativamente de los más pobres de EEUU, donde según las encuestas a pie de urna un 61% de los votantes eran afroamericanos, Clinton ganó en todos los grupos de edad salvo en el voto juvenil; triunfó entre los votantes de ambos sexos; entre aquellos que tienen rentas más altas y entre los que tienen las más bajas. Su fuerte gancho entre los afroamericanos quedó confirmado y sus constantes invocaciones a los héroes de la lucha por los derechos civiles como Rosa Parks, Martin Luther King o John Lewis, la aparición en su campaña de las madres de Trayvon Martin o Eric Garner –víctimas afroamericanas de la brutalidad policial– o sus apariciones en iglesias de la comunidad negra, rodeada de pastores influyentes, ha demostrado ser una buena jugada. Su gran trabajo ha terminado dando frutos.

Con este &dcTwo;inapelable resultado de Carolina del Sur, Hillary Clinton se presenta a la decisiva cita del «Supermartes» –se votará en 12 estados, con más de 800 delegados en juego–, que se celebra mañana, en ventaja frente a su tenaz contrincante, Bernie Sanders. Clinton alarga así su momento, gana en confianza y se presenta con fuerza a un «Supermartes» donde votarán estados mayoritariamente blancos.

Optimista vs. apocalíptica

En comparación a las visiones y los mensajes apocalípticos que abundan en el bando de los candidatos republicanos, Hillary Clinton ha esbozado una visión general más optimista, con constantes apelaciones «al amor y la bondad», conjugando su discurso en la primera persona del plural. Una apuesta bien diseñada y que ha contribuido a avivar su imagen en términos más amables y compasivos.

Sanders, por su parte, ya se encuentra haciendo campaña en Texas y en Minnesota, unos territorios con una mayor concentración de voto blanco y secular en los que sin duda le irá bastante mejor que en Carolina del Sur. En sus mítines insistió en su llamamiento a una «revolución política» y animó a una participación masiva como forma de asegurar su victoria, muy especialmente en Texas.

Su equipo de campaña se afana en remarcar que la carrera es de 50 estados y se muestra confiado en que van a cosechar un buen número de delegados, cuando no victorias sorprendentes en el «Supermartes». Mañana se podrá ver si es así o no.