Las campanas volvieron a sonar a primera hora de la mañana en Durango como 79 años atrás para advertir a la población del bombardeo de la Aviación Legionaria Italiana, aliada del golpe militar franquista, que provocó más de 336 muertos y cientos de heridos, «en lo que algunos autores consideran que fue el primer ataque perpetrado en Europa contra la población civil», tal y como recordó el Consistorio. Rememoró, asimismo, que «en la primera pasada, los trimotores italianos Savoia 84 soltaron más de 11 toneladas de bombas desde Kurutziaga hasta la estación».

El acto de homenaje a las víctimas se desarrolló en el cementerio, ante el monolito construido en memoria de los fallecidos y la capilla que recoge sus nombres. Estuvo presidido por el lehendakari Iñigo Urkullu, con la participación de numerosos representantes políticos.

La alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, recordó en su intervención que a la tragedia vivida en la localidad le siguieron «muchos años de silencio y olvido, mentira, miedo y persecución», por lo que abogó por recordar lo ocurrido, evocar a las personas muertas y heridas por las bombas, pero también a quienes huyeron para salvar su vida, contexto en el que apuntó que «la misma historia» que vivieron los «niños y niñas de la guerra» y los vascos que encontraron refugio en «campos de toda Europa» se repite hoy con los refugiados que huyen de guerras.

Por ello, la alcaldesa durangarra reclamó a Europa «solidaridad y humanidad». En el mismo sentido, el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, señaló que las instituciones europeas tienen que «hacer algo».

Gerediaga y Kriskitin

Tras el acto del mediodía, en el que se guardó un minuto de silencio tras la ofrenda floral y aurresku, por la tarde las agrupaciones Gerediaga y Kriskitin realizaron un acto en el pórtico de la iglesia de Andra Mari.

“De cerca: Éxodo del refugiado” es el título de la mesa redonda organizada por Gerediaga para esta tarde, a las 19.30, en el museo Kurutzesantu, con el objetivo de acercar a la ciudadanía a la realidad de los refugiados «de la mano de profesionales que han vivido y les han acompañado». Además, hasta el domingo, se realizarán visitas guiadas en euskara, castellano e inglés, por los lugares de la villa que conservan las huellas del bombardeo.