Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «El secreto de una obsesión»

El mismo caso criminal visto con otros ojos

De entrada, el siempre interesante guionista y director Billy Ray ha contado con la ventaja de la distancia temporal, algo muy importante cuando se trata de hacer el remake anglosajón de una película oscarizada tan aclamada como la argentina “El secreto de sus ojos” (2009). Ha pasado ya un tiempo prudencial desde el estreno de la obra original realizada por Juan José Campanella, como para hacer otra lectura diferente de la novela de Eduardo Sacheri. Y con ese margen el artífice de “El precio de la verdad” (2003) y “El espía” (2007) se atreve a introducir muchos cambios en una versión que, gustará más o menos, pero a la que nadie podrá acusar de ser mimética o plagista.

Va más allá de la simple traducción cultural (permuta del campo de fútbol del Huracán por el estadio de béisbol de los Dodgers), al variar situaciones y personajes. El cambio más llamativo es la creación de una coprotagonista femenina totalmente nueva, y es que el papel interpretado por Julia Roberts resulta de la fusión en uno solo de los que hace siete años encarnaron Pablo Rago y Guillermo Francella. Ahora el cadáver de la joven que motiva el caso archivado es el de la hija de una agente del FBI, con lo que el móvil de la venganza adquiere, si cabe, una mayor incidencia sobre la acción y su desarrollo.

Otro acentuado rasgo diferencial lo encontramos en la coyuntura política, que ya no se parece en nada al trasfondo histórico de las dictaduras argentinas. Esto lo altera todo, porque en “El secreto de una obsesión” (2015) los plazos de la investigación se acortan, en cuanto que las pesquisas arrancan tras los atentados del 11-S y concluyen 13 años después. La nueva elección atañe asimismo a la propia naturaleza del asesino, puesto que ya no puede haber relación posible con la Triple A. A cambio el criminal es presentado como un informador protegido del departamento policial de L.A. contra el islamismo.